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Todos los aficionados que esta mañana se levantaban bien temprano para ver a España por televisión (a las 07:00 horas en nuestro país) han tenido una más que sobrada recompensa, tras la auténtica exhibición de juego y goles de las chicas que este sábado hacían historia con su pase a los cuartos de final del Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Los rostros de las futbolistas reflejaban a la perfección la enorme alegría que supone llegar más lejos que nunca en este torneo, después de arrollar a Suiza con un marcador que lo dice todo.
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En apenas unos días, se ha pasado de la considerable decepción que llegó al caer estrepitosamente contra Japón (perdimos por 4-0) a una lógica euforia dada ante el contundente 5-1 que lograban endosar a las helvéticas, quienes además no habían recibido ni un solo tanto a lo largo de la competición. El estadio Eden Park era el escenario donde se vivía esta jornada de felicidad desbordada repleta de besos y abrazos en cada celebración de las que hoy vestían de color azul celeste, un partido que vuelve a situar al combinado dirigido por Jorge Vilda entre las favoritas para conquistar el título.
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Choque que prácticamente se resolvía en la primera parte ya que las nuestras conseguían perforar la portería contraria hasta en cuatro ocasiones, gracias al doblete de Aitana Bonmatí -la más destacada sobre el césped- y posteriormente marcar tanto Alba Redondo como Laia Codina -quien se resarcía de esta manera de su anterior gol en propia meta-. Ya en el segundo tiempo, mucho más tranquilo dado el cómodo resultado, Jennifer Hermoso ponía la guinda a una victoria que sabe a gloria y llena de ilusión no solo a la propia selección sino también a un país entero de cara a lo que viene por delante.
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Alexia Putellas, la mejor jugadora del planeta, arrancaba el encuentro en el banquillo de las suplentes y entraba en el minuto 77, dado que todavía no está físicamente al cien por cien tras recuperarse de la dura lesión en la rodilla izquierda -se rompió el ligamento cruzado- que la mantuvo alejada de los terrenos de juego durante casi un año. Tras el pitido final de la colegiada galesa Cheryl Foster, la centrocampista de 29 años nacida en Mollet del Vallès (Barcelona) era partícipe de la emoción que vivía junto a sus compañeras en ese momento tan mágico.
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Después de romper por primera vez el muro de los octavos, el entrenador español y la portera titular Cata Coll no ocultaban ante la prensa su satisfacción por el importante triunfo, pero siempre con los pies en la tierra. En este sentido, han asegurado que si queremos llegar a semifinales hay que "seguir mejorando", pensando ya en el próximo compromiso (el viernes 11 de agosto) cuya rival saldrá del duelo entre Países Bajos y Sudáfrica. Además, la guardameta balear afirmó que "hemos luchado mucho para conseguir esto y estoy segura de que llegaremos mucho más lejos", declaraba.
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