De las pistas al escenario: conoce al dúo JavyPablo, hijos de Javier Imbroda, exseleccionador nacional de baloncesto y consejero andaluz, que arrasan en la música

©@javypablo

Bandera andaluza, el dúo ya se ha hecho un hueco en su tierra. Empezaron en Málaga y continuaron en Sevilla. Ahora, instalados en Madrid, tienen como objetivo recorrer todas las provincias españolas con su primer álbum, Sol, donde siguen apostando por la música y la necesidad de disfrutar de cada momento de la vida.

-Javi, Pablo, ¿cuándo empezastéis en el mundo de la música?

-Fue hace cinco años, cuando lanzamos nuestro primer single que se llama Desperté. Profesionalmente, no nos dedicábamos a la música, pero decidimos probar suerte y publicar algo de lo que teníamos compuesto. En poquitos días y sin esperarlo, la canción se coló entre las cincuenta canciones más escuchadas de Spotify. Ese fue uno de los detonantes que nos hizo animarnos y querer dedicarnos a esto.

-¿De dónde surge vuestra vocación?

-En nuestra casa siempre ha habido música, como hobbie y de sobremesa. De hecho, nuestro padre cantaba y tocaba la guitarra. Pero, a componer, empezamos más tarde, cuando comenzamos a tocar la guitarra y el piano. Ya debíamos tener dieciocho o veinte añosm y la vocación fue llegando poco a poco, escuchando a cantautores y otros artistas.

-¿Hubo algún momento especial en el que, de repente, pensaráis: “La música es lo nuestro, es nuestro futuro”?

-Para nosotros fue un proceso. Nosotros eramos jugadores de baloncesto, ya te imaginarás un poco por qué. Ha sido nuestra vida. Lo que, en ningún momento pensamos, es en que nos ibamos a dedicar profesionalmente a la música.

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-¿Qué balance haceis de vuestro primer disco Sol y del Tour Sale el sol?

-Estamos muy contentos. Nuestro disco, que tiene diez canciones, ha sido como decirle al mundo que venimos para largo, que queremos dedicarnos a esto. Lo hemos presentado en Madrid, a donde nos hemos venido a vivir. Estamos supercontentos con eso y con el tour. El año pasado ya hicimos una minigira, pero este año, con el álbum, estamos yendo a muchas ciudades y estamos vendiendo entradas en lugares que no esperabamos como Bilbao o Madrid donde hemos llenado. Estamos conociendo nuevos sitios y estamos flipando.

-¿Os esperabáis tan buena acogida?

-Es que vamos pasito a pasito. Es como que sembrando poquito a poco y recogiendo la cosecha. Lo que no esperábamos tan buena acogida era en ciertas ciudades como, por ejemplo, Bilbao, Tenerife o Santander, donde somos bastante desconocidos y era la primera vez que ibamos. Pero otras ciudades como Madrid, Valencia o Barcelona, a donde volvemos en mayo, ya nos las hemos currado bastantes para vender entraditas. Todo es producto de nuestro intenso trabajo y estamos muy contentos con los resultados.

-¿Cómo definirías vuestro estilo y a qué público os dirigís?

-Es una conversación que solemos tener habitualmente y lo hemos resumido como una fusión, fruto de las tantísimas referencias que tenemos desde pequeños. Hemos escuchado todo tipo de música en casa, desde música ochentera a folk, funky, pop o reggae. Tenemos un poco de todo y vamos creando nuestro propio estilo. Y digamos que somos un perfil para todos los públicos. Según los datos, nuestro público mayoritario de veinticinco a treinta y cinco años, pero luego viene a vernos gente más mayor y también más joven.

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- ¿Qué diríais que teneis que no tienen otros dúos?

- Lo que podemos asegurar es que nuestros directos son una fiesta y allá donde vamos, donde a lo mejor no nos conocen de primeras, enganchamos. Somos muy cercanos, nos encanta conocer a la gente, somos muy naturales y espontáneos, no tenemos aire de superioridad y nos encanta montar una fiesta en cualquier lugar. Eso puede que sea nuestro plato fuerte.

-¿Qué sería para vosotros tener éxito en la música?

-No tenemos techo, pero, sobre todo, poder vivir bien de ella. Si la cosa va bien, nosotros vamos a tirar para arriba, estamos preparados para todo.

-¿Y cómo veía vuestro padre vuestro deseo de ser cantantes?

- Estaba flipando, pero, sobre todo, era feliz. Al principio, obviamente, miraba un poco desde atrás, suponemos que pensando a dónde van estos niños. Pero llegó un momento en el que nos vio bastante enfocados al mundo de la música y se convirtió en nuestro fan número uno.

-¿Supongo que fue una gran influencia en vuestra vida?

-Digamos que ha sido la principal. Nuestra madre también, pero nuestro padre si que ha sido un referente en muchos aspectos de vuestra vida.

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-¿No sé cómo de fácil será tener a un hermano de compañero de escenario y trabajo?

- Bueno… nos llevamos bien. No podemos negar que es muy intenso, porque lo compartimos prácticamente todo, pero nos respetamos mucho y obviamente teneos una buena relación porque si no todo esto no tendría ningún tipo de sentido. Nos respetamos mucho y también nos solemos dejar nuestros espacios y hacemos vida separadas para no volvernos locos.

-¿Ha cambiado vuestra relación desde que estáis en la música?

-No. Nos estamos haciendo mayores y esa madurez hace que gestionemos las cosas de otra manera también. Tenemos otro chip. Si esto nos hubiese pillado más jóvenes, no habríamos afrontado las cosas con tanta claridad y seguridad. Hemos tenido nuestros más y nuestros menos en la vida, momentos muy duros como la enfeermedad y muerte de nuestro padre que nos ha dejado rotos, pero todo eso nos ha hecho aprender mucho.

-¿Cómo hacéis para evitar los problemas de familia o para no enfadaros? ¿O es que no os enfadáis nunca?

-Hablando todo el rato. Yo creo esa es la clave, tener una comunicacion muy fluida en todo momento y decirnos lo que pensamos. Anticiparnos un poco para que no se cree una bola.

-¿Y cómo trabajais juntos a la hora de escribir? ¿Hay uno que tire más de la música y otro de la letra o…

-En la parte creativa y artística, que es una de las partes fundamentales del proyecto, fluimos un poco. Hay veces que uno escribe una canción entera, nos la enseñamos y nos damos la opinión. Otras veces nos juntamos los dos. Y otras componemos con otra gente... Somos muy partidarios de que las cosas broten de manera natural y de rodearnos de gente con la que conectamos mucho. Solamente así nos saldrán cosas buenas.