Las fotografías exclusivas de la reconciliación de Tamara e Íñigo
El día 31, pasadas las doce de la noche, el empresario se presentó en casa de Isabel Preysler
Tu período de prueba gratuita en ¡HOLA!+ se ha activado con éxito
Disfruta de todo el contenido totalmente gratis durante 7 días.
Recuerda navegar con tu sesión iniciada.
Ya tienes una suscripción activa.
Recuerda navegar con tu sesión iniciada.
Íñigo Onieva nunca tiró la toalla ni se dio por vencido. Sabía que el camino no sería sencillo, pero Tamara era la mujer a la que amaba, y estaba dispuesto a todo por reconquistarla. “Pediré perdón a Tamara cuantas veces haga falta. Me tiene destrozado el haberle hecho daño y haberle engañado”, aseguraba ante los medios de comunicación el pasado mes de octubre.
La publicación de un comprometido vídeo en un festival de música el pasado mes de septiembre lo cambió todo. Y, tras provocar un auténtico tsunami mediático, la marquesa de Griñón decidía romper su compromiso y su noviazgo -de dos años- con el socio de la discoteca Lula Club.
Nadie conocía siquiera que hubiesen hecho las paces. Hace unas semanas, durante la presentación de su última colección para la firma Pedro del Hierro, Tamara señalaba que no tenía ganas de tener novio, pero tampoco cerraba la puerta al amor.
Consciente de los errores que había cometido -y después de pedir, de forma pública, perdón a Tamara y a su familia “por no haber sido honesto”-, mantuvo la esperanza, esperando que el amor que sentía por ella fuese más fuerte, y le ayudase a recuperarla.
Según han confirmado a ¡HOLA! fuentes cercanas a la pareja, Íñigo lo ha conseguido. Ha retomado su relación con la colaboradora de El Hormiguero.
Tal y como mostramos en estas imágenes exclusivas, parece que así ha sido, puesto que Íñigo no dudó en presentarse en la casa de Isabel Preysler el pasado 31 de diciembre.
Allí se encontraba Tamara celebrando el Año Nuevo junto a su familia cuando, pasadas las doce de la noche -y puede que tras una llamada de teléfono-, Íñigo cogió su moto y dejó su casa, ubicada en el centro de la capital, para dirigirse al refugio de los Preysler, en la calle Miraflores.
El portón de la vivienda estaba abierto para permitirle el paso. Y aunque desconocemos lo que sucedió puetas adentro -las cámaras no pudieron ser testigos del momento-, seguro que fue un momento emocionante, puesto que su amor ha podido, una vez más, con todo. Y Tamara e Íñigo vuelven a estar unidos frente a la adversidad.
© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.
