‘Mentiras’: el trepidante thriller social en el que nada es lo que parece

Aunque rodada en 2019 y emitida primero en 2020, la propuesta de Mentiras sigue vigente. Tanto que su estreno, ahora en abierto, ha anotado una buena audiencia. Mentiras es la adaptación española de la británica Liar, protagonizada por Javier Rey y Ángela Cremonte, donde nada o todo… es lo que parece. Un reconocido cirujano y una profesora tienen una primera y última cita román­tica que acaba, según ella, en violación. Según él, la relación fue consentida. El resto de personajes —amigos, compañeros de trabajo, fami­liares e investigadores— toman partido. A ellos también les afecta dicha acusación. La trama se convierte así en un continuo juego de la verdad, en un duelo entre sus protagonistas por dirimir si la credibilidad está del lado del respetable cirujano o de la profesora de instituto con un historial de denuncias por acoso y trastornos psicológicos. ¿Quién es el verdugo y quién la víctima? ¿Es ella de fiar o lo es él? Los escenarios o el aval de ser la adaptación de un rotundo éxito internacional son algunos de los atractivos de una serie definida como un thriller naturalista, social, oscuro y trepidante que, además, pone en el foco el trato que reciben las víctimas de una violación y cómo, en ocasiones, se las cuestiona. “Es una serie sobre la búsqueda de la verdad, sobre la justicia y un viaje a la profunda tristeza de un ser humano que no es creído por nadie cuando le sucede algo tan doloroso”, dice Ángela Cremonte. Al tratar un tema tan delicado como es una supuesta violación, desde su equipo se ha construido a los personajes buscando el máximo realismo posible: “Buscábamos que no pareciera que estamos actuando, algo que siempre se hace, pero en este caso mucho más, dada la sensibilidad del tema. Hemos cuidado mucho que los diálogos nos salieran muy naturales, algo bastante difícil, cambiando mucho el texto en cada pase, incluso antes del propio rodaje, para que todo resul­tase auténtico”. Por su parte, Javier Rey comenta que se trata sobre “la duda constante” de si esa agresión se produjo y cuáles serían “las motivaciones” de los personajes. “El espectador irá bailando en función de los datos que se van dando”.