El clan Flores se reúne de nuevo para rendir tributo a la inolvidable Lola Flores
Tras celebrar, el pasado mes de septiembre, la boda de Elena Furiase
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Son una piña. Para lo bueno, para lo malo y para apoyarse en el trabajo. Así son los Flores, un clan siempre unido, como pusieron de manifiesto, el pasado 18 de septiembre, en la boda de Elena Furiase con Gonzalo Sierra, que publicábamos en exclusiva en estas mismas páginas. Mes y medio después, la familia se reunía de nuevo para celebrar otro momento especial, el estreno de Lola, un documental de Movistar+ que repasa en cuatro capítulos la vida y obra de la inolvidable Lola Flores, artista que rompió barreras y continúa siendo una fuente de inspiración para las nuevas generaciones, veinticinco años después de su muerte.
“Creo que la serie es importante porque se desvelan muchas cosas de ella: de su personalidad, de su forma de vivir, de lo que le costó llegar a ser quien fue... Porque la gente se cree que para ella fue muy fácil, pero no... A veces, se ponía la flor a las once de la mañana y se la quitaba a las doce de la noche. Pasó mucho tiempo alejada de su familia e incluso estuvo tres años en América. Vivió muchas cosas y aquí se puede ver todo. Es una recopilación muy bien hecha”, afirmó Lolita, que ha tenido que suspender su gira de teatro con la obra Llévame hasta el cielo para recuperarse de la ciática que padece.
Por su parte, Rosario aseguró que la artista y la mujer siempre fueron de la mano: “Era un ser humano maravilloso. Nunca fue diva y nunca fue Lola Flores y luego mi madre. Mi madre era Lola Flores y nos hizo a todos muy libres. Lo más importante para ella era el arte. Quería que sintiéramos el arte, que viviéramos la vida, que nos besáramos, que nos tocáramos y que fuéramos felices”.
El talento que corría por sus venas (unido al de su marido, El Pescaílla) pasó a sus hijos y, por supuesto, a sus nietos, una saga de artistas que tiene continuidad en la nueva generación Flores, entre ellos, Elena y Guillermo Furiase, los hijos de Lolita, que no quisieron perderse la velada en homenaje a su abuela. “Yo tenía seis años cuando se fue, pero tengo muchos recuerdos de ella. De llegar al “Lerele”, subirme a la cama y ponerme sus cosas. Yo le cantaba y ella se partía de risa. Era su muñequita. A veces, me dicen que mi cara se parece un poco a la suya, aunque físicamente soy la que menos se parece a ella”, recordó Elena, recién llegada de su luna de miel por Croacia, mientras que su hermano afirmaba que “fue una persona adelantada a su tiempo, uno de los genios, como Jimmy Hendrix”.
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