La especial relación de amistad surgida entre Kiko Jiménez y Estela Grande es el gran tema que ha eclipsado la actualidad de GH VIP 7 en las últimas semanas. Una historia que, según sus protagonistas, ha sido malinterpretada y que ha provocado un gran revuelo en el exterior de la casa de Guadalix de la Sierra, en especial, entre sus respectivas parejas, Sofía Suescun y Diego Matamoros. Sin embargo, este vínculo se ha visto dañado por la expulsión del exnovio de Gloria Camila Ortega, tal y como dictaminaba la audiencia durante la última gala del concurso. Aunque ya se esperaba el veredicto, el joven no ha podido evitar sentir cierta tristeza, sobre todo al despedirse de la persona que ha sido su gran apoyo. Así, el 'súper' permitía a la modelo entrar a la sala de expulsión para decir adiós al joven jienense.
"Hoy empieza Gran Hermano", le decía un tanto afectada mientras el extronista de Hombres, mujeres y viceversa intentaba consolarla. "Yo sufro por ti. Eres tú la que vive esto de nuevas, yo ya estoy más que escarmentado. Lo mío está destinado al fracaso, si a mí ya me da igual, pero es lo tuyo lo que me importa al final. Vive tu experiencia y yo ya desaparezco. Dejo de perjudicarte a ti y a tus compañeros", exponía Kiko. “Yo por lo de fuera estoy súper tranquila. Tú no me has perjudicado y si lo has hecho, lo he elegido yo. Yo he decidido acercarme a ti por el cariño, por el respeto, por tu defensa, por todo”, le respondió la influencer.
Muy sereno ante los acontecimientos, el recién expulsado quiso transmitir varios consejos para animar a su amiga. "Disfruta, sé cómo eres y deja las cosas claras. Estamos en un concurso, que es un reality, hay mucha gente viéndolo. Pásalo bien y disfruta", repitió varias veces antes de despedirse con un gran abrazo. Pero estela no quiso abandonar la sala sin dedicarle un bonito mensaje: "Esto es Gran Hermano y tú eres mi gran hermano. Ojalá algún día lo entiendan ellos. Que seas muy feliz, que vaya todo súper bien. ¡Nos vemos fuera!". Unas palabras con la que quiso dejar claro que aquello no era un adiós definitivo.
