Al alcanzar el extremo opuesto, contemplamos la coqueta iglesia de San Pedro para, acto seguido, adentrarnos en las entrañas de la ciudad visitando las Termas Romanas de Campo Valdés, consideradas el yacimiento más importante de todo el norte de España. Nada como caminar, literalmente, sobre sus vestigios arqueológicos para entender los orígenes.
Un día en Roma sin salir de Gijón
Unos orígenes que continuamos descubriendo al perdernos por las calles de Cimavilla, el antiguo barrio marinero. Aquí habrá que tirar de instinto o, mejor aún, olvidarse del GPS. Paseando sin rumbo, parando en cada rincón sin mirar el reloj, nos empaparemos del verdadero espíritu de la zona, porque es Cimavilla un barrio de esos con solera que habla de tiempos en los que los barcos zarpaban incesantemente a la caza y captura de ballenas. Aquí, entre antiguos edificios, antiguas sidrerías y más antiguas callejuelas, contemplamos la también antigua Torre del Reloj, la ambientada plaza Mayor, o la Casa Natal de Jovellanos. Entre más de 3000 piezas de arte asturiano, conoceremos de primera mano la historia tanto del ilustre gijonés como de su hermana, Josefa de Jovellanos, primera mujer que escribió literatura en asturiano. En la última planta del museo, una parada imprescindible para escudriñar cada centímetro del cuadro de Sebastián Miranda llamado Retablo del Mar.