SEPÚLVEDA

La senda más desconocida (y alucinante) junto al río Duratón

Que el Duratón es un río de hoces y buitres se sabe de sobra. También que el lechazo asado es el plato estrella de Sepúlveda y que su románico es uno de los más bellos de toda la provincia de Segovia. Lo que no es tan conocido es que se puede disfrutar de lo mejor de todos esos mundos realizando un fácil y espectacular paseo circular por la naturaleza que parte del corazón de Sepúlveda y discurre junto al inminente cañón del Duratón.

Por Javier Prieto

Habrá quien prefiera empezar por el paseo y rematar la faena sentado ante una crujiente bandeja de corderito asado a la leña, aliñado solo con agua y sal y acompañado de una buena ensalada. Y habrá quien prefiera mejor coger fuerzas antes de gastarlas acelerando la digestión a golpe de suela y prismático. Sea como sea, este paseo conocido como la Senda de los Dos Ríos es una gran recomendación para quienes disfrutan tanto con las maravillas de la naturaleza como con las del arte culinario o del Arte con mayúscula, porque combinarlo todo aquí, es fácil.

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A muchos les sorprende enterarse de que las afamadas Hoces del Duratón, un vertiginoso tramo de 27 kilómetros en los que el río se retuerce mientras taja uno de lo más hermosos pasillos naturales de la Península, dan sus primeros contoneos precisamente a su paso por la localidad de Sepúlveda. Muchos realizan este descubrimiento en el transcurso de una visita al Centro de Interpretación del Parque Natural de las Hoces del Duratón, ubicado en el antiguo templo de Santiago de Sepúlveda. El mejor lugar para arrancar nuestro camino y resolver antes las dudas que se puedan plantear.

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LA SENDA DE LOS DOS RÍOS

Se trata de un paseo circular, de unos cinco kilómetros y medio, que nos puede llevar unas dos horas -sin contar paradas-, que está señalizado en los desvíos y que entre sus alicientes cuenta el de ir recorriendo buena parte del perímetro de las murallas que protegieron a la población. También que el nombre le viene de que este circuito envuelve el punto en el que el río Caslilla, que rodea a la población por el sur, junta sus aguas con las del Duratón, que la rodea por el norte.

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Desde el centro, el paseo se arranca ya por el mismo corazón de Sepúlveda pasando ante la puerta de la Oficina de Turismo y la plaza Mayor para colarse por la Puerta del Ecce Homo o del Azogue. La calle de los Santos Justo y Pastor, que es la que parte del arco hacia arriba, depara también varias paradas. Una para conocer el bien montado Museo de los Fueros y otra ante el curioso frontón de la Casa del Moro. Más arriba la calle finaliza en la explanada que preside el templo románico de Nuestra Señora de la Peña.

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Todos estos prolegómenos sirven para comenzar en serio una caminata que se asoma a las primeras hoces del Duratón en los balcones que hay por detrás de la iglesia y tiene el panel informativo junto a las casas de la Guardia Civil. La Senda de los Dos Ríos se dirige desde ahí hacia la puerta de la Fuerza (otra de las siete puertas con que contó Sepúlveda) para bajar hasta el río pisando una calzada romana. Tras cruzarlo por el puente de Picazos da comienzo un delicioso tramo de paseo por el fondo de un cañón que de tanto estrecharse obliga a encaramarse a una de las paredes del desfiladero para discurrir por ellas sobre una repisa de tierra. Tras alcanzar el puente romano de Talcano, el circuito regresa hacia Sepúlveda acompañando el trazado meridional de las murallas mientras alcanza otras dos puertas más, la de Castro y la de Duruelo.

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LA BUENA MESA

Finalizado el paseo, o antes si se ha elegido esa opción, toca disfrutar de la buena mesa, y aquí, en Sepúlveda eso es fácil. A esta tierra castellana se viene a degustar un buen asado de leña en restaurantes como Cristóbal (restaurantecristobal.es) con especialidad de lechazo el horno y con una sala tipo bodega excavada en piedra. También para un buen lechazo el Fogón del Azogue (vadodelduraton.com) y los exquisitos asados de Asador El Panadero (asadorelpanadero.es) de cocina tradicional y con las mejores carnes.

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¿UN POCO DE ROMÁNICO?

Si además del cuerpo queremos alimentar el alma y llenarla de arte hay que pasar por la Iglesia de El Salvador, en la parte alta de la localidad, que pasa por ser el templo románico más antiguo de la provincia de Segovia. En Nuestra Señora de la Peña, un templo del siglo XII, destaca el tímpano de su portada, el único con estas características en la provincia. Y fuera de las murallas hay que visitar San Bartolomé, un templo románico del siglo XII. En la antigua iglesia románica de Santiago encontramos actualmente la Casa del Parque Natural de las Hoces del Duratón donde recopilar toda la información necesaria para este paseo o para descubrir las famosas hoces. Y en el interior de la iglesia de los santos Justo y Pastor, de los siglos XII y XIII, se encuentra actualmente el Museo de los Fueros. Y para los que pasen por la Oficina de Turismo, junto a la plaza Mayor, se encuentra dentro del Centro de Interpretación de la Antigua Cárcel de Sepúlveda donde se recrea el ambiente que se vivía en estos centros.

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PARA DORMIR

Para los que opten por hacer noche en la localidad una buena opción es la Posada de San Millán de estilo rústico combinando piedra y madera con las habitaciones en torno a un patio. También la Hostería de los Templarios una antigua casa parroquial rehabilitada con obras de arte y antigüedades que dan a la estancia un toque único y original.

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