Diez razones para descubrir Chaves-Verín, la «eurociudad del agua»

En Ourense está Verín. Y río Támega abajo, ya en Portugal, Chaves. Ambas poblaciones forman una eurociudad (visitchavesverin.com) con servicios y recursos comunes, y con una cantidad exagerada de aguas termales, que ya hacían las delicias de los romanos. En los tiempos que corren, es un placer descubrir dos lugares que se quieren y quieren ser uno, sin importarles las fronteras.

Por ANDRÉS CAMPOS

MUSEO NADIR AFONSO

Una excelente razón para visitar la eurociudad, aunque no hubiera nada más, sería el modernísimo MACNA (macna.chaves.pt), el museo que Chaves ha dedicado a su hijo predilecto, Nadir Afonso (1920-2013), que además de un buen pintor geométrico abstraccionista, fue arquitecto y colaboró con genios como Le Corbusier y Niemeyer. Otro arquitecto genial, el portugués Álvaro Siza, ha diseñado el deslumbrante edificio. Y otro, Eduardo Souto de Moura, ha dicho: «No sé si es el mejor edificio de Siza, pero es uno de los que más me gusta».

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DORMIR EN UN CASTILLO

Una gozada alojarse en el parador del Castillo de Monterrei (parador.es), que domina Verín y el valle del Támega a vista de pájaro. Desde sus 12 habitaciones se contemplan también la poderosa torre del homenaje de esta fortaleza del siglo XII y la iglesia de Santa María, del XIII, tan preciosa que se puede decir, parafraseando a Picasso: “Después del románico, todo es decadencia”. En Chaves, sobre otra altura con vistas, está el hotel Forte de São Francisco (fortesaofrancisco.com), que ocupa una fortaleza abaluartada del XVII. Su piscina está estratégicamente situada en una de las puntas de la estrella fortificada, y su restaurante A Taverna, junto al puente levadizo.

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RUTA TERMAL Y DEL AGUA

La eurociudad Chaves-Verín posee una de las mayores concentraciones de aguas mineromedicinales de la península. La ruta Termal y del Agua invita a visitar siete manantiales con un pasaporte de agüista para ir estampando los respectivos sellos. El pasaporte está disponible en cualquiera de las oficinas y postos de turismo de la eurociudad, incluida la antigua aduana, en Feces de Abaixo. Excepcional, el manantial verinés de Cabreiroá (cabreiroa.es), por sus aguas ricas en sílice y de mineralización débil (digestivas, diuréticas y relajantes del sistema nervioso), por los árboles enormes que lo arropan y porque su director médico fue Santiago Ramón y Cajal, nada menos.

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VIDAGO PALACE, UN HOTEL REGIO

Otro lugar ideal para dormir o para sellar el pasaporte (o ambas cosas) es el Vidago Palace (vidagopalace.com), que se alza desde hace poco más de un siglo al suroeste de Chaves, en medio de un bosque salpicado de aguas medicinales. Este palacio fue construido para los reyes de Portugal a principios del XX, pero antes de que pudieran estrenarlo llegó la república. Ahora es un hotel de lujo que conserva el aire de la belle époque y un parque majestuoso, en cuyas rotondas se cruzan los que van a tomar las aguas y los que va a jugar a golf. La guinda la pone el moderno spa, obra de Álvaro Siza.

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RECUERDOS DE AQUAE FLAVIAE

Chaves es la antigua Aquae Flaviae, cuyos restos asoman junto a las Termas (termasdechaves.com). De la misma época es el puente Romano, un paso sobre el Támega de 140 metros de longitud que presiden dos columnas epigráficas, similares a miliarios, erigidas por Trajano. Y también las poldras: 90 pedruscos colocados en fila a través del cauce, que obligan a cruzar el río dando otros tantos saltos. Los turistas más en forma se fotografían atravesando el Támega de esta acrobática e histórica manera.

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ROBERTO VERINO, MODISTO Y VINATERO

Desde el castillo de Monterrei se distinguen, porque están a solo 600 metros, los viñedos y los volúmenes cúbicos de la bodega Gargalo (gargalo.es), del modisto Roberto Verino, que elabora un vino blanco de godello delicioso y otro de treixadura y albariño. Roberto aprendió a hacerlo con sus abuelos en la Ribeira Sacra. Mejor escuela, más exigente, no hay.

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PULPO, MÁS PULPO Y TORRIJAS

Hay dos lugares imprescindibles para comer o cenar en la eurociudad: en Verín, Casa do Pulpo (acasadopulpo.es), donde el pulpo es el rey; y en Chaves, Adega Faustino (adegafaustino.pt), una antigua bodega que conserva sus adoquines, su techumbre de madera y sus barricas de 12.000 litros. Más buenos restaurantes: a orillas del Támega, en Verín, está Adega do Caneda (tel. 696 83 17 32), y en Chaves, junto al puente Romano, la Taberna Benito (tabernabenito.pt), cuyo polvo à lagareiro (pulpo con aceite y ajo) está delicioso. En el restaurante Carvalho (restaurante-carvalho.com), el único recomendado en Chaves por la Guía Michelin, se han de probar el arroz de fumeiro y las rabanadas, la versión lusa de las torrijas.

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EN BICI POR LA ECOVÍA DEL TÁMEGA

Para «quemar» las rabanadas, nada como pedalear o caminar por la Ecovía del Támega, recorriendo la boscosa orilla del río que une Verín y Chaves a lo largo de 32 kilómetros. Es un camino llano y bien señalizado, que lleva alrededor de una hora y media si se hace en bici (solo ida). Alisos, fresnos y sauces forman una selva ribereña sobre la que revolotean en invierno la garza real y el cormorán, y el resto del año, el elanio común, el escribano hortelano y el martín pescador. El folleto de la ecovía se puede descargar en visitchavesverin.com.

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CAMINOS DEL CONTRABANDO

También sirven para estar fit (y de paso, aprender historia) los antiguos caminos del contrabando (dourowellcome.com), rutas teatralizadas que discurren por sendas secretas a través de la raia, la frontera, transportando en burro fardos de tabaco, café y aceite guiados por contrabandistas.

LA MAYOR TIROLINA DE EUROPA

A media hora de Chaves, entre montes tapizados de pinos y eucaliptos, se halla Pena Aventura Park (penaaventura.com.pt). Y allí, entre otras muchas atracciones, está Fantasticable, la tirolina más larga de Europa, de 1538 metros de longitud, 150 de altura y un minuto de recorrido. Volar como un pájaro a 100 kilómetros por hora (colgando del arnés tumbado boca abajo, no sentado, para ofrecer menos resistencia al aire) es una experiencia única. Su precio: 20 €.

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