Tan solo tres días después de someterse a una operación de corazón, Harald de Noruega ha sido dado de alta. Tras anunciarlo el doctor Bjørn Bendz en un comunicado de prensa, Dagbladet ha mostrado un vídeo del rey del país escandinavo saliendo del hospital Rikshospitalet de Oslo en la parte trasera de un coche oscuro. El padre de los príncipes Haakon y Marta Luisa de Noruega ha abandonado este 12 de octubre el centro sanitario para poner rumbo al Palacio Real, donde se terminará de recuperar en las próximas semanas. Y es que su agenda institucional estará vacía hasta primeros de noviembre, cuando se espera que vaya poco a poco retomando sus compromisos. Así lo han informado desde la web oficial de la Casa Real, en la que aseguran que el monarca se encuentra bien aunque estará de baja todo lo que queda del mes de octubre.
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El marido de la reina Sonia ingresaba el jueves pasado en el hospital y, a primera hora del viernes, era sometido a una intervención durante la cual le sustituyeron una válvula aórtica que se le había implantado en 2005. Según fuentes oficiales, durante la cirugía Harald de Noruega estuvo despierto puesto que solo precisó de anestesia local al ser operado a través de la ingle y no a corazón abierto. El equipo médico le implantó primero un marcapasos temporal y después una nueva válvula cardíaca biológica, que se colocó dentro de la válvula anterior.
Al salir de la sala de operaciones, el rey Harald, de 83 años, fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde contó con el apoyo de su mujer y su hijo, quien estos días ha asumido las responsabilidades de regente y se espera que lo siga haciendo hasta que el monarca esté completamente recuperado. Precisamente durante su visita, el heredero al trono noruego quiso hablar con la prensa para compartir algunos detalles más de la operación. "Me gustaría agradecer a todo el equipo del hospital con Bjørn Bendz a la cabeza, haber hecho un trabajo increíblemente bueno. Sabíamos que eran muy buenos, pero aun así ha sido bonito saber que todo salió bien", decía en NRK. Además, se mostraba esperanzado en que los resultados de esta operación se noten pronto y respire mejor: "Probablemente lo notará en los próximos días, cuando comience a estar más activo".
Una complicada etapa
En el año 2005 al soberano noruego se le implantó a una válvula aórtica biológica que, después de aproximadamente diez o quince años, tiene que ser cambiada por otra artificial. Y es precisamente esta sustitución lo que ahora han hecho a Harald V. El abuelo de la princesa Ingrid Alexandra ha sido operado después de que a finales de septiembre, concretamente el día 25, tuviera que ir a urgencias por una dificultad respiratoria, una dolencia que le hizo estar tres días ingresado en Rikshospitalet. Además, le hicieron las pruebas del COVID-19 pero el test dio negativo. Este no es el primer susto que vive el monarca noruego en lo relativo a la salud. A finales del pasado año sufrió una infección vírica que le impidió, entre otras cosas, presidir el Consejo de Estado. Días más tarde sufrió un nuevo bache que le obligó a estar ingresado por unos mareos que precedieron a un episodio de vértigos. Finalmente se repuso y retomó sus compromisos institucionales al cien por cien e incluso emprendió un viaje oficial a Jordania el pasado marzo.
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