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Parto

Qué es el síndrome de Seehan, por qué se produce y qué consecuencias tiene

¿Cómo afecta a la mujer que lo padece? ¿Tiene algún tipo de implicación para el bebé?

Sufrir una hemorragia durante el parto puede conllevar serios riesgos e incluso, comprometer la vida de la madre. Una de esas posibles consecuencias es el síndrome de Seehan, una enfermedad provocada por un “daño o destrucción del tejido pituitario debido a la falta de suministro de sangre”, tal y como nos indica la Dra. Ana Vírseda, jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela. “La glándula pituitaria o hipófisis es una pequeña glándula en la base del cerebro que produce varias hormonas importantes que controlan el funcionamiento de otras glándulas endocrinas en el cuerpo”.

Cuando se produce una hemorragia durante o después del parto que afecta a la glándula pituitaria, esta deja de secretar ciertas hormonas. Afortunadamente, eso sí, el síndrome de Seehan es una enfermedad poco común y, en todo caso, es posible convivir con ella. Entre las posibles consecuencias, es que una de las hormonas que la glándula pituitaria deje de secretar sea la prolactina, que es la encargada de producir la leche materna. “Por lo tanto, las mujeres con síndrome de Sheehan pueden experimentar dificultades para amamantar a sus bebés”.

Esta no es la única manifestación del síndrome en cuestión. Cuando la hipófisis no funciona correctamente debido a él, puede causar, además de la dificultad para lactar, “una serie de problemas de salud, como fatiga, debilidad, pérdida de peso, trastornos menstruales en mujeres e hipotiroidismo, entre otros”, como detalla la Dra. Vírseda.

Por otro lado, “la hipófisis también controla la función de la glándula tiroides, por lo que la disfunción hipofisaria puede llevar a una disminución en la producción de hormonas tiroideas, lo que resulta en hipotiroidismo”. Esta patología puede causar, como señala la jefa de Ginecología del Hospital de la Zarzuela, “aumento de peso, fatiga, piel seca y estreñimiento, entre otros”. A esto habría que sumar que, “igualmente, puede conllevar problemas de crecimiento y desarrollo en mujeres jóvenes o disminución del deseo sexual”.

En el hospital©GettyImages

Primeros síntomas del síndrome de Seehan

“Una de las primeras señales de que algo está mal puede ser la ausencia de menstruación (amenorrea) o ciclos menstruales irregulares”, algo que puede no llamar la atención a algunas pacientes, que pueden asociarlo a la evolución normal en el postparto. Sin embargo, es importante tenerlo en cuenta, especialmente si ya ha pasado la cuarentena y si no se da el pecho al bebé, pues “puede llevar a dificultades para concebir”.

¿Puede afectar el síndrome de Seehan al bebé?

Teniendo en cuenta que este síndrome da la cara durante el parto o inmediatamente después, una de las preocupaciones de las madres que lo han sufrido (y una vez que ha superado la hemorragia) tiene que ver con la posibilidad de que pueda llegar a afectar de alguna manera a su pequeño o que lo haya hecho durante la gestación. La Dra. Vírseda tranquiliza al respecto y asegura que no afecta directamente al bebé durante el embarazo.

“Sin embargo, las complicaciones asociadas, como la dificultad para amamantar debido a la insuficiencia de la producción de leche materna, puede llevar a alimentar al bebé con fórmula en lugar de leche materna”. Esto, como sabemos, no compromete la vida del niño o de la niña, puesto que la fórmula infantil proporciona los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo del bebé, si bien “la leche materna tiene beneficios adicionales para su salud, como la protección contra infecciones y enfermedades, así como el desarrollo adecuado del sistema inmunológico”.

¿Es posible prevenir el síndrome de Seehan?

Como señala la doctora, el síndrome de Seehan generalmente se considera “una complicación impredecible del parto, especialmente en casos de hemorragia posparto grave”, de manera que no es posible saber si se va a padecer o no, “pero hay medidas que pueden ayudar a prevenir o reducir su riesgo, como contar con una atención médica prenatal adecuada, realizar un buen control de la hemorragia posparto y, por supuesto, dar a luz en un entorno médico con personal capacitado y acceso a equipos y recursos médicos especializados”.

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