¿Qué significan los mocos verdes y cómo actuar?©AdobeStock

Salud

Si mi hijo tiene los mocos verdes, ¿necesitará antibiótico?

¿Por qué el color de los mocos nos obsesiona tanto? Muchas veces, los padres acudimos a la consulta del pediatra pensando que, al tener nuestro hijo los mocos de color verde, quizá necesite un antibiótico. Salimos de dudas de la mano de dos expertas en Pediatría.

¿Cuántas veces hemos querido ir al pediatra por preocuparnos de que nuestro hijo tuviese los mocos verdes? Generalmente, los padres damos mucha importancia al color de los mocos y existen muchos mitos y teorías sobre el moco verde. En concreto, hay varias teorías (falsas) que concluyen que estas excreciones con este color determinan la presencia de infección en los niños. Por eso, es fundamental entender qué significan y qué tratamiento dar a nuestros hijos para eliminarlos. ¿Qué son los mocos verdes y cómo los combatimos? Nos preguntamos.

En cualquier caso, la respuesta a si se necesita antibiótico es rotunda: no, el color no determina que el niño necesite o no un medicamento y te contamos por qué:

Cómo tratar los mocos verdes de nuestros hijos©AdobeStock

El moco, primera línea de defensa contra las infecciones

El moco es uno de los eternos acompañantes durantes nuestros hijos, especialmente en los días de invierno, cuando tienden a resfriarse constantemente. ¿Qué entendemos científicamente por moco? ¿Por qué cambian de color? ¿El color determina si mi hijo necesita antibiótico? Las pediatras Clara Luna Parera y Raquel Girón aclaran todas nuestras dudas

“El moco es una sustancia viscosa, formada principalmente por agua, que producen nuestras vías respiratorias y que tiene múltiples e importantes funciones. El moco se produce en la nariz sirve para lubricar, humedecer el aire y regular su temperatura”, explican las expertas.

“Además actúa como una especie de filtro, atrapando todo aquello que no queremos que llegue a las vías respiratorias bajas y los pulmones, como virus, bacterias, partículas de polvo, polen…”, añaden.

Por tanto, las pediatras de ‘Posdata: Tu pediatra’ nos cuentan que el moco, lejos de ser un enemigo, es nuestro aliado, constituyendo la primera línea de defensa contra las infecciones.

También detallan que nuestras vías respiratorias producen moco constantemente, “lo que sucede es que normalmente es transparente y no lo vemos, nos tragamos la mayor parte”. Por eso, cuando un virus entra en contacto con nuestras vías respiratorias superiores, las células de la nariz comenzarán a producir más cantidad de moco para intentar atraparlo y que no siga avanzando.

También podemos tener otros síntomas, como estornudos, cuyo fin es el mismo: intentar expulsar todo aquello que no nos interesa.

Pautas para tratarlo©AdobeStock

¿Por qué cambian de color los mocos?

Las expertas garantizan que el color de los mocos es una cuestión de tiempo: “Al principio serán transparentes y más líquidos. Conforme vayan pasando los días, se volverán de un amarillo cada vez más intenso hasta terminar siendo verdes y más viscosos. Esto no quiere decir que la infección se haya complicado, al revés, indica que nuestras defensas están luchando como deben contra el microorganismo que nos ataca.

El moco transporta un tipo de células, los neutrófilos, que sirven para defendernos de las infecciones. Los neutrófilos son un tipo de glóbulo blanco que producen una serie de sustancias para destruir a los microorganismos. Además, en esta “batalla” algunas de estas sustancias oxidan el hierro y por este motivo se produce este cambio de color.


¿El color determina si el niño necesita antibiótico?

“No, como acabamos de comentar, que los mocos cambien de color es la evolución normal en un catarro”, detallan. Esto significa que nuestras defensas están actuando como deben e intentando destruir al microorganismo que nos ataca.

Nos explican que los catarros, o infecciones respiratorias de vías altas, son producidos siempre por virus, por tanto un antibiótico no servirá de nada. “Los mocos van a durar lo mismo con o sin antibiótico”, aseguran las pediatras.

De igual forma, apuntan que los jarabes para “destruir mocos” no existen. La evolución normal es que el moco siga en la nariz de nuestros hijos por los menos 10-15 días, por mucho “mucolítico” que le demos.

Por tanto, su consejo es evitar medicamentos que no son efectivos y que por el contrario sí pueden tener efectos secundarios. “Si el niño está incómodo debido a la congestión, lo más efectivo es realizar un lavado nasal con suero salino fisiológico”, concluyen.

¿Cuándo debería ir al médico?

Es la eterna duda. Pues bien, si el niño expulsa mocos verdes pero se siente bien, no es necesario visitar al pediatra porque lo más probable es que se regule en cuestión de días.

Sin embargo, si tiene dolor de cabeza, fiebre o malestar, lo recomendable es ir al médico para comprobar qué le está pasando y valorar todas las opciones posibles.

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