Para una reunión de trabajo, para una cena, para una jornada familiar, para dar un paseo por el parque… No hay escenario que se pueda resistir a las bondades del vestido camisero. La que es una de las prendas más versátiles del armario femenino da esta temporada el salto, de forma rotunda, al armario de fiesta y acompaña de forma elegante y nada estridente a las invitadas que buscan ir cómodas sin perder un ápice de estilo. Si desde principios de año se habían ganado un hueco en el corazón de las convidadas a todo tipo de eventos, este otoño la incursión en el sector nupcial es definitiva y por todo lo alto. Las firmas han apostado por esta pieza en su versión tradicional (abotonada), pero también con mangas abullonadas, con cinturón o con estampados propios. Las siguientes propuestas demuestran que construir un look de nota para una boda no está reñido con poder reutilizarlo después, en multitud de circunstancias diferentes.
En la imagen, dos propuestas de la firma Momila: un diseño morado con fajín y uno estampado con flores.
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