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La primera dama francesa Brigitte Macron se ha encargado de ejercer como anfitriona este domingo en la conmemoración del centenario del Armisticio de Compiègne del 11 de noviembre de 1918, que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Una vez más, ha quedado patente cómo la mujer del presidente francés tiene un estilo impecable que ha llegado incluso a 'competir' con el de algunas mujeres de la realeza. Tras la celebración que tuvo lugar en el Arco del Triunfo de París, las primeras damas y parejas de los mandatarios internacionales se han trasladado al Palacio de Versalles donde ha continuado el aniversario. En el acto, la mayoría de las asistentes optaron por colores oscuros y cortes clásicos consiguiendo que fuera el recuerdo de la señalada ocasión quien se llevara el protagonismo. Sin embargo, consiguieron marcar la diferencia con sus elecciones.
Si el día anterior, Melania Trump apostó por emular a Jackie Kennedy, otra icónica primera dama, con su estilismo, este domingo se decantó también por la estética de 1960 con un conjunto en gris, compuesto por vestido de Dior de la colección Pre-Fall 2018, de largo midi con falda de tablas ajustada a la cintura, y abrigo que llevaba a modo de capa sobre los hombros. Para culminar su elección, la pareja de Donald Trump calzó unos stilettos negros de Manolo Blahnik. El toque informal lo aportaba el lazo al cuello, de la misma tela que el vestido, detalle por el que también se inclinó su homóloga francesa al optar por una camisa blanca con lazada, pantalones de pinza negros y americana de doble botonadura en color verde oliva.
Con algo menos de experiencia que el resto de parejas de líderes internacionales, Begoña Gómez se está dando a conocer como una primera dama algo diferente saliéndose en ocasiones del protocolo para actuar con cercanía como en el almuerzo que realizó con las cónyuges de los líderes latinoamericanos. Si bien la mayoría de invitadas a la recepción prefirieron los colores oscuros, la mujer de Pedro Sánchez escogió un elegante conjunto de chaqueta y falda en azul cielo que, como ambas primeras damas, combinó con salones negros de tacón de aguja demostrando que los tonos empolvados también pueden funcionar para ocasiones más solemnes.
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