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El primer día de visita oficial del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, culmina con la tradicional cena de gala ofrecida en su honor. El Palacio Real de Madrid se viste de largo para homenajear a la primera autoridad del país vecino que visita España desde el año 2006. Para la ocasión, la reina Letizia cambia el conjunto de Varela con el que ha recibido esta mañana a las personalidades lusas por un llamativo diseño de de alto impacto firmado por Ana Locking, un nuevo sello made in Spain que incorpora a su vestidor. Un vestido digno de alfombra roja que ya utilizó la actriz Marta Nieto en los Premios Feroz 2017 y con el que la Reina sorprende por sus inusuales detalles. Además, y por primera vez, ha elegido la tiara Cartier, una de las favoritas de la reina Sofía.
Es un diseño de corte sirena, con manga larga y cuello a caja. Todo estaría dentro de la normalidad en los vestidos de gala de doña Letizia si no fuera por los detalles sorprendentes que ha incorporado a su look. El azul noche es un tono recurrente para sus actos más elegantes, como ya hizo en el concierto previo a los premios Princesa de Asturias o en una de las cenas de su viaje de Estado a Inglaterra. Sin embargo, la sorpresa se encuentra en una suerte de perlas bordadas en relieve y en unos cut-outs estratégicos que desvían la atención a la zona de los brazos y la espalda.
Además, y como podemos comprobar con más detalle en el posado de Marta Nieto sobre la alfombra roja, también tiene una sensual abertura lateral en la falda. Estos tres aspectos colocan este look de doña Letizia entre los más novedosos y modernos de su vestidor, a la altura del ya icónico Nina Ricci que tanto dio que hablar en su momento y del que se hizo eco hasta la prensa internacional. Este look no tendría sentido si no estuviera coronado por una de las 'joyas de pasar' más especiales de la Casa Real. De todas las tiaras que atesora en su joyero, la Reina ha elegido por primera vez la Diadema de Cartier, diseñada por la casa francesa para la reina Victoria Eugenia en el año 1907.
Es una joya de inspiración art-decó y está orlada con diamantes y perlas sobre una base de platino. Lleva siete enormes perlas, seis en cada roleo vegetal abrazada por círculos de diamantes, y la séptima coronando la pieza. Cuando murió la Reina, la heredó su hija Cristina y, más tarde, el rey Juan Carlos la recuperó para regalársela a la doña Sofía. No sólo la ha utilizado la Reina emérita en multitud de ocasiones sino que también la ha llevado la infanta Cristina en la boda de Victoria de Suecia con Daniel Westling. La reina Letizia completa el conjunto con los pendientes de chatones que también pertenecieron a la reina Victoria Eugenia.
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