Mi gato no quiere comer su comida, ¿cuáles son las causas?

Los felinos son muy especiales y, en ocasiones, rechazan la comida sin estar enfermos. En cualquier caso, hay que estar atentos a su comportamiento por si tienen un problema de salud

Por Nuria Safont

La elección adecuada de la comida para gatos es esencial para mantener su salud y bienestar. Se recomienda que los gatos tengan siempre su bol lleno de comida, para adaptarse a su naturaleza nocturna y evitar problemas en el aparato urinario. Los alimentos húmedos, con su alto contenido de humedad, son generalmente más aceptados, aunque los alimentos secos también pueden ser una opción viable con mejoras en ingredientes y procesos de cocción. Pero, ¿qué pasa cuando nuestro gato deja de comer o no le gusta la comida que le damos? La razón no siempre obedece a un problema de salud. Y es que nuestros felinos son muy caprichosos y estarán esperando que les des la comida que más les gusta. Ahora bien, eso no quiere decir que ante un cambio de apetito no debamos observar a nuestro michi para detectar cualquier enfermedad. Te lo cuenta Josep Campmany, vets marketing manager de Affinity Petcare

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¿Qué tipo de comida gusta más a los gatos?

Se recomienda proporcionar a los gatos comida "ad libitum", permitiéndoles acceder al alimento a discreción a lo largo del día, y especialmente durante la noche que es cuando más acuden al comedero a comer pequeñas cantidades debido a su naturaleza nocturna. Alimentarlo solo una vez al día podría aumentar el riesgo de problemas en el aparato urinario, que es particularmente sensible en los felinos.

Los alimentos húmedos suelen gozar de una mayor aceptación en comparación con algunos alimentos secos, debido principalmente a su alto componente en humedad (% agua). No obstante, es importante destacar que las mejoras en los ingredientes, recubrimiento y proceso de cocción de los alimentos secos hace que estos puedan competir exitosamente en ocasiones con la alimentación húmeda.

Una de las ventajas de la alimentación seca es que, si se opta para ofrecer alimento a lo largo de todo el día, esta consigue mantener las mismas propiedades de manera constante, no es así, en cambio, con la alimentación húmeda.

Además, resulta importante verificar el valor nutricional de cada alimento. Mientras que los alimentos secos suelen ser 100% completos y equilibrados, el húmedo en algunas ocasiones no lo es. Esta información se puede encontrar en los envases de los productos, donde debería indicarse claramente “Alimentación completa y equilibrada” en lugar de “Alimentación complementaria”.

Una buena opción es optar por la alimentación mixta, o mixed feeding. Consiste en la práctica de ofrecer tanto alimentación seca como alimentación húmeda en la dieta del gato. Este enfoque permite aprovechar los beneficios de ambos tipos de alimentación: enriquecimiento ambiental al ofrecer mayor variedad de sabores y texturas, salud dental, hidratación, control de peso… siempre respetando las cantidades y porciones correctas, alineadas con las necesidades de cada gato.

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Porque se cansan los gatos de comer

La tendencia de los gatos a cansarse de la comida se atribuye a sus hábitos alimenticios únicos. Los gatos suelen consumir pequeñas porciones de comida a lo largo de las 24 horas del día, y especialmente durante la noche por su comportamiento carnívoro e instinto cazador. Además, su característica neofílica o la obsesión de probar cosas nuevas, también influye a su comportamiento alimenticio.

Los gatos son animales muy particulares, y esta regla se aplica individualmente a cada uno de ellos. Su aguda sensibilidad gustativa les hace susceptibles a una gran variedad de variables que afectan en la aceptabilidad de su comida. Factores como la temperatura, la humedad, los ruidos, los olores, la ubicación del comedero, etc. pueden influir en cada momento la apetencia del gato.

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¿Qué pasa si no comen?

No hay motivo de preocupación si un gato no come en un momento específico o incluso durante el día, dado que es un animal que suele alimentarse en múltiples tomas y pequeñas cantidades (instinto cazador de pequeñas presas) y muy especialmente en las nocturnas. Sólo en el caso de que el gato pierda peso nos indicaría que debemos tomar acciones correctivas con relación a la alimentación.

Es importante evaluar la condición corporal del gato para determinar su salud. Al acariciar al gato, deberíamos sentir las costillas palpables al tacto, aunque no visibles, observar la cintura de un modo claro y que la cantidad de grasa abdominal sea mínima. La línea del abdomen debería ser visible, que no sea horizontal al suelo, sino convergente. En resumen, sólo la pérdida de peso notable puede darnos la preocupación en el caso de que no coman.

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