¿Hay alternativas saludables al pienso? Sí, son estas

Además de las croquetas o la comida en lata, hay otros formatos que pueden ser igual de sanos si están bien formulados

Por Nuria Safont

Los propietarios de mascotas nos preocupamos mucho por que la dieta de nuestros peludos sea sana, que les guste y les aporte todos los nutrientes que necesitan. Y son, precisamente, estas características las que tiene que cumplir la alimentación animal, según nos explica la veterinaria y especialista en Nutrición Animal, Marta Hervera, de Expert Nutrition. "El primer requisito que debe cumplir una dieta sana para nuestras mascotas es que la alimentación que le demos sea consumida y que le guste, y que tenga las cantidades que necesita; tiene que aportar los nutrientes necesarios, sin que le falte ni que le sobre, porque ambas situaciones ocasionan problemas de salud; las necesidades energéticas también deben estar cubiertas según la actividad del animal, ya que de ello dependerá que engorde o que pierda peso" .

Y es que, el fin de la alimentación es cubrir las necesidades nutricionales así como obtener energía. Y cada especie necesita un tipo diferente y unas cantidades distintas. "Por eso decimos que no podemos alimentar a un gato o a un perro como nos alimentamos nosotros. Por ejemplo, si una persona no consume vitamina C puede enfermar, sin embargo, nuestras mascotas, los gatos o los perros, no la necesitan, ya que pueden sintetizarla en su cuerpo. Ocurre a la inversa con las necesidades de calcio. Nuestras mascotas necesitan dosis mayores que no se pueden cubrir con yogures o lácteos. 

Por ello, insiste la experta en nutrición animal, lo primero que hay que tener en cuenta es la especie animal a quien vamos a alimentar, la fase fisiológica, ya que no va a necesitar lo mismo un cachorro que está creciendo y que está generando tejidos nuevos, que un perro senior o una hembra lactante. 

Otro punto importante que resalta Hervera es la ración. Esta debe ser la adecuada. "La adecuación de la ración significa que el alimento que vamos a dar tiene que estar de acuerdo con las características del animal". Por ejemplo, una vez sabemos que necesita nuestra especie y tenemos en cuenta la fase fisiológica, debemos pensar en la cantidad de comida que le vamos a dar de acuerdo a su actividad, ya que si su nivel es bajo, necesitará menos calorías, porque de lo contrario va a engordar. Si su nivel de actividad es alto, necesitará mayor cantidad, o puede perder peso. También es importante si está castrado o no. 

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Pienso, latas, cruda, congelada... ¿cuál es la mejor?

Hervera señala, además, que hay muchos 'formatos' que pueden cubrir las necesidades. Por ejemplo, "dentro de los comerciales hay secos, extrusionados, prensados, comida en lata, congelada... Todos son adecuados si cubren, de una manera segura, las necesidades de esa especie y su fase fisiológica", indica. Otros tipos de dieta, como la comida casera u otros formatos preparados, como la comida deshidratada, también pueden ser correctos si, insiste la experta en nutrición animal, están bien formuladas. Es decir, si tienen los nutrientes necesarios, en la cantidad que requiere la mascota y si estos son aprovechables, es decir, sean digeribles y absorbibles. "En este caso, el formato de la dieta es secundario", señala. 

Eso sí, conviene tener en cuenta algunos aspectos sobre dietas que se han hecho famosas. Es el caso de la dieta BARF (Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada) y que se basa en aportar alimentos no cocinados, sobre todo, carne y pescado. "Hay más controversia respecto a este tipo de alimentación. De hecho, aún no hay estudios que hayan comprobado que la dieta cruda es más sana que otras que sí han demostrado serlo. La investigación que se ha realizado al respecto es muy sesgada y no se llega a la conclusión de que son mejores que las ofertas cocinadas. Además, pueden contener microorganismos patógenos que también les hagan enfermar. Al igual que a una mujer embarazada se le dice que no consuma comida cruda, a los veterinarios nos preocupa que ellos contraigan, por ejemplo, salmonelosis o que la puedan contagiar a la familia". Al cocinar, se controla este riesgo sanitario. 

Respecto a la comida fresca congelada, "en principio no tendría que tener ningún problema si son completas, contienen todos los nutrientes y son bien aceptadas por nuestra mascota". Sin embargo, apunta la experta, sí hemos visto que son más grasas y a algunos animales no les sienta tan bien".

Por su parte, la comida deshidratada también es sana siempre que se observen los requisitos de los que hemos hablado: ingredientes adecuados en dosis recomendadas, que se cumplan los criterios de digestibilidad y disponibilidad de los nutrientes (que se absorban correctamente) y, sobre todo, que le guste a tu mascota y le siente bien. 

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Consulta siempre con un especialista 

Marta Hervera nos recuerda que, sea cual sea la dieta que le demos, esta tiene que estar formulada para la especie. Y si optamos por la dieta casera, debemos consultar con un especialista en nutrición animal, que nos indique cuáles son los alimentos adecuados, cómo combinarlos, qué cantidades, etc. Y es que conocemos las necesidades nutricionales de los humanos, y estamos acostumbrados a cocinar para nosotros, pero los requerimientos de nuestras mascotas son muy distintas. "No podemos alimentarles de forma intuitiva, hay que saber mucho de nutrición animal para proporcionarles lo que necesitan". Además, tendremos que darles suplementos vitamínicos y minerales.

Marta Hervera concluye advirtiendo de que para saber si le estamos dando la comida más adecuada, hay que investigar y saber quién hace la formulación, qué materias primas utiliza, si el alimento está testado o no. Todas estas indicaciones están recogidas en las guías de la Academia Wsava, la Organización Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales, una especie de Organización Mundial de la Salud para nuestras mascotas. 

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