Salud del dóberman
Otro de los mitos que ha acompañado a esta raza de perro durante muchos años es la de que su cerebro crece tanto que la presión que ejerce en el cráneo le hace volverse loco. Nada más lejos de la realidad. De hecho, si así fuera, el animal fallecería.
Otra falsa creencia es que los dóberman llegados a la edad de dos o cuatro años no reconocen a sus dueños y los atacan. Este mito está basado en que pierden el olfato y al no poder identificar a nadie optar por atacar. Otro comportamiento totalmente impensable en un perro. Además, si realmente lo perdiera, contaría con otros sentidos de los que puede valerse para seguir relacionándose con la familia.
Por lo tanto, todas leyendas no tienen ningún fundamento. Y la realidad es que el perro dóberman es un animal fuerte, robusto y con una excelente salud siempre que esté bien cuidado. Pero sí es cierto que, como perro de raza, suele tener tendencia a padecer algunas enfermedades genéticas. Por ejemplo:
- Displasia de cadera muy habitual en perros de razas grandes.
- Un problema neurológico denominado síndrome de Wobbler que puede provocar falta de coordinación y debilidad en las patas.
- Pueden sufrir problemas de coagulación de la sangre.
- Los problemas de tiroides también son comunes en esta raza de perro.
- Pueden sufrir problemas hepáticos como hepatitis.
Sin embargo, que tengan predisposición no significa que vayan a sufrir estas patologías. Un buen seguimiento podrá tratarlas precozmente si aparecen, lo que mejorará su calidad de vida.
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