¿Es conveniente hacer ejercicio si tienes linfedema?

Este problema relacionado con el cáncer de mama tiene un impacto significativo en la calidad de vida, ya que disminuye bastante la función física y ocasiona una pérdida considerable de fuerza muscular en el brazo afectado

Por Pilar Hernán

Muchas pacientes que han padecido cáncer de mama saben lo que supone un problema como el linfedema para su vida diaria. Lo primero que hay que tener en cuenta es que estamos ante una afección en la que el líquido linfático no drena adecuadamente, lo que provoca que el líquido se acumule en los tejidos y cause hinchazón. Esto ocurre cuando parte del sistema linfático está dañado o bloqueado, como durante una cirugía para extirpar los ganglios linfáticos o durante la radioterapia. Los cánceres que bloquean los vasos linfáticos pueden causar también linfedema.

Tal y como nos explica el entrenador personal Víctor Díaz, (@prohealth.vd), especialista en ciencias de la actividad física y el deporte, el linfedema generalmente afecta un brazo o una pierna, pero también puede afectar otras partes del cuerpo, como la cabeza y el cuello. “El linfedema relacionado con el cáncer de mama tiene un impacto significativo en la calidad de vida, ya que disminuye bastante la función física y ocasiona una pérdida considerable de fuerza muscular en el brazo afectado. Además, es habitual la presencia de síntomas como dolor, pesadez, entumecimiento y rigidez. Suele ser común recomendar a los pacientes que no levanten más de 3-4 kilos con ese brazo, generando miedo a movilizar o ejercer fuerza con dicha extremidad”, nos cuenta el experto.

Sin embargo, el ejercicio es una terapia beneficiosa para los pacientes con cáncer, que produce mejoras clínicamente significativas en los resultados físicos, psicosociales y de la enfermedad. “En concreto, el ejercicio de fuerza mejora la función muscular y aumenta la eliminación linfática a través de la bomba muscular”, nos detalla.

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Trabajar con cargas

Además, el experto nos cuenta que el ejercicio de fuerza realizado con cargas altas (es decir, levantar pesos más pesados) genera beneficios adicionales en comparación con las cargas bajas. “Está demostrado que existe una fuerte relación dosis-respuesta entre la carga del ejercicio de fuerza y la magnitud de las ganancias en la estructura y función muscular. También se ha encontrado que esta relación dosis-respuesta se extiende a la calidad de vida”, nos anticipa.

La ciencia corrobora sus beneficios

Profundizando en algunos estudios publicados sobre este tema, una revisión sistemática del año 2016 ya afirmaba que independientemente del tipo de ejercicio (aeróbico, fuerza, movilidad, etc.) es beneficioso y no empeora los síntomas del linfedema.

Además, el experto hace mención a otro estudio del año 2013, en el que 72 mujeres con un diagnóstico clínico de linfedema por cáncer de mama fueron divididas en tres grupos:

  • El grupo 1 realizaba ejercicio de fuerza de alta carga (realizaban entre 6-10 repeticiones por ejercicio con intensidades de 75-85 % de una repetición máxima).
  • El grupo 2 realizaba ejercicio de fuerza de baja carga (realizaban entre 15-20 repeticiones por ejercicio con intensidades de 55-65 % de una repetición máxima).
  • El grupo 3 no realizaba ejercicio.

Se medían aspectos como el grado de tumefacción en el brazo afectado, la gravedad de los síntomas, la función física y la calidad de vida. Los resultados mostraron que no había diferencias entre los grupos en la extensión de la inflamación del brazo afectado o la gravedad de los síntomas. Las mujeres de los grupos que realizaban ejercicio de fuerza obtuvieron incrementos en su fuerza y resistencia muscular, lo que permitía obtener beneficios en su calidad de vida y funcionamiento físico. Este incremento en la función física se asoció significativamente con el cambio en la gravedad de los síntomas y la fuerza muscular. Además, lo más importante es que no se produjeron exacerbaciones de linfedema u otros eventos adversos durante la realización del ejercicio de fuerza.

“Por otro lado, en cuanto a la necesidad de realizar ejercicio de fuerza con manga o vendaje compresivo no existe un consenso claro sobre sus beneficios, por lo que esto dependerá de las preferencias del paciente, severidad del linfedema, estadio de la enfermedad, etc”, añade el experto.

En conclusión, Víctor Díaz nos cuenta que se puede afirmar que las mujeres con linfedema por cáncer de mama pueden levantar cargas pesadas de manera segura durante el ejercicio de fuerza de la parte superior del cuerpo sin temor a una exacerbación del linfedema o una mayor gravedad de los síntomas. Se debe informar a los pacientes con linfedema que los ejercicios de fuerza del tren superior prescritos por un profesional cualificado y supervisados de manera adecuada son seguros y pueden ayudar en el manejo del linfedema a través de mejoras en la función física y la calidad de vida.

REFERENCIAS

  1. Ben Singh, Tracey Disipio, Jonathan Peake, Sandra C. Hayes, Systematic Review and Meta-Analysis of the Effects of Exercise for Those With Cancer-Related Lymphedema, Archives of Physical Medicine and Rehabilitation, Volume 97, Issue 2, 2016, Pages 302-315.e13, ISSN 0003-9993, https://doi.org/10.1016/j.apmr.2015.09.012. (https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0003999315012332)
  2. Cormie, P., Pumpa, K., Galvão, D.A. et al. Is it safe and efficacious for women with lymphedema secondary to breast cancer to lift heavy weights during exercise: a randomised controlled trialJ Cancer Surviv 7, 413–424 (2013). https://doi.org/10.1007/s11764-013-0284-8