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Salud solo hay una y debemos poner todo nuestro empeño en cuidarla. Pero el estrés del día a día puede hacer que nos olvidemos de comer bien, que nos acomodemos en la vida sedentaria o que busquemos cualquier excusa para no ir al gimnasio. No hacer deporte no solo es malo para nuestro organismo, también para la salud mental, puesto que el ejercicio físico también nos sirve para descargar el exceso de adrenalina que nos puede provocar estar tomando decisiones constantemente y/o tener cargos de una gran responsabilidad. Ese estado de tensión continua al que sometemos a nuestro cuerpo acaba pasándonos factura. Además de cambiar de hábitos y tratar de canalizar todo ese estrés al que pueden estar sometidos los altos ejecutivos, también puede ser recomendable iniciar un programa de salud que mejore nuestra capacidad de adaptarnos a las situaciones más complicadas. Es decir, enfoques encaminados a aumentar nuestra resiliencia. Nos lo explica el Dr. Vicente Mera, responsable de la Unidad de Envejecimiento y especialista en Medicina del Sueño de SHA Wellness Clinic.
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¿Cómo afecta el estrés en la salud?
El estrés es el motor que propulsa nuestro cuerpo hacia adelante. Lo hace por dos vías, una neurovegetativa, a través de los neurotransmisores adrenérgicos (adrenalina y noradrenalina), y otra hormonal (cortisol).
La adrenalina aumenta la frecuencia y la eficacia cerebral, cardiaca, respiratoria y muscular. El cortisol, por su parte, proporciona el combustible metabólico necesario para poner el organismo en modo "luchar o volar" (fight or flight).
Lamentablemente, estas respuestas, que inicialmente son beneficiosas, pueden acabar bloqueando el sistema. La capacidad de aceleración de un coche no es ilimitada y, por tanto, llega un momento en el que, si se supera la capacidad, el sistema se viene abajo de forma muy rápida, inesperada y en el momento de máxima aceleración. Esto en física se conoce como el "par motor" (diferente en cada coche) y que, en la clínica, cuando se supera la capacidad máxima de absorber el estrés, ocasiona el síndrome conocido como "burnout".
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¿Están los altos directivos expuestos a más riesgo?
Efectivamente, los líderes son los que más soportan estrés. Hoy en día, los altos ejecutivos (hombres y mujeres) exigen un mejor rendimiento físico y mental, para enfrentarse a su ritmo de vida, tanto profesional como personal. De hecho, según datos del estudio Global Leadership Forecast 2021, seis de cada 10 directivos sufren agotamiento extremo al final de la jornada. Los grandes líderes se mueven en un mundo hipercompetitivo en el que el error no está permitido y conviven de manera habitual con unos altísimos niveles de estrés y exigencia. Los viajes constantes, los cambios de huso horario, la inmediatez en la toma de decisiones o la obligación de trabajar en modo multitasking afectan, gradualmente, tanto al estado de salud general como a las capacidades cogntivas.
La adrenalina a la que están sometidos aumenta la demanda de oxígeno en el corazón y en el cerebro, lo que puede ocasionar accidentes vasculares. El cortisol, por su parte, produce cambios cerebrales (neblina mental, o brain fog), inflamatorios (lesiones osteomusculares), metabólicos (sobrepeso), hormonales (insuficiencia generalizada), lo que redunda en un envejecimiento acelerado.
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¿Cómo nos ayuda la medicina preventiva?
La capacidad de bloquear un organismo por estrés, depende no solo de la cantidad de estrés, sino también de la resiliencia. En nuestro programa de salud "Leader´s Performance", intentamos dar a nuestros huéspedes herramientas no para disminuir el estrés, sino más bien para mejorar la resiliencia. Este programa está enfocado a las necesidades específicas de todas aquellas personas que se enfrentan a diario a altos grados de actividad, esfuerzo y estrés y que desean mejorar su rendimiento y productividad mientras cuidan de su salud.
Este programa, de hecho, trabaja las siete áreas con mayor impacto en la salud y el rendimiento físico y cognitivo: alimentación, ejercicio físico, descanso, gestión del estrés y de las emociones, detoxificación, recuperación de la microbiota intestinal, y equilibrio hormonal.
Para empezar, se suelen realizar pruebas encaminadas a determinar el estado de salud y el nivel de estrés de una persona. Por ejemplo, conocer su historia clínica, análisis de los parámetros físicos, analítica bioquímica y hormonal y genómica (predisposiciones).
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¿Cómo se puede actuar para reducir este estrés o aumentar la resiliencia?
Para reducir la carga de estrés, en SHA Wellness Clinic recomendamos una charla con un experto en gestión de emociones. Después disponemos de una larga lista de técnicas (muchas de ellas orientales) con demostrada capacidad para disminuir el efecto del estrés sobre el organismo, como meditación, pranayama, taichi, reflexología, acupuntura, chi kung, mindfulness, watsu entro otros tratamientos.
¿Cómo influye la alimentación y el ejercicio?
Una adecuada alimentación en términos de calidad y cantidad es fundamental para conseguir, revertir y prevenir los efectos del estrés.
Por otro lado, está demostrado que tanto el ejercicio de fuerza como el cardiovascular proporcionan el equilibrio necesario, para junto con la alimentación y a la gestión de las emociones, se consigan los mayores beneficios sobre la salud.
¿Es necesario tomar suplementos?
Si la alimentación no puede ser perfecta, o el ejercicio no es suficiente, o supera la capacidad de resistencia, entonces es necesario suplementar con minerales, vitaminas, antioxidantes, energizantes, antiinflamatorios naturales e incluso hormonas bioidénticas.
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