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Nos sabemos la teoría: es importante quererse más a uno mismo. Pero no siempre la llevamos a la práctica. Es más, en ocasiones cultivar el amor propio es una labor que a muchas personas les cuesta especialmente. ¿Cuál es el motivo? “Se han desconectado de sí mismas. Cuando un niño tiene tres o cuatro años se quiere, se gusta, baila delante del espejo sin juzgarse y no se cuestiona su belleza. Simplemente disfruta de su cuerpo y de la vida. Pero, a medida que vamos creciendo, nos dicen que ‘no somos tan guapos’, que ‘no bailamos tan bien’ y que ‘si te quieres eres un o una narcisista’. El mundo está hecho para que te desconectes de tu poder, de tu amor hacia ti misma y estés constantemente comparándote con los demás. Es lo que has aprendido. Pero el amor propio lo traes de serie”, nos cuenta la coach y conferenciante María Fernández.
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Falta de amor propio y autoestima baja
Una de las dudas que nos surge es si se trata de un problema vinculado con la baja autoestima. “En realidad, no se trata tanto de elevar tu autoestima sino de recuperarla. Si de pequeña te querías sin condiciones, ¿por qué ahora necesitas tener éxito, ser guapa y estar bien posicionada para quererte? Es lo que nos han vendido, porque en realidad no necesitas nada de eso para amarte”, apunta la coach.
Y añade que a veces confundimos “querernos” con “gustarnos”. Y esta distinción es, en su opinión, muy interesante. “Tú puedes gustarte a ti misma porque te ves atractiva, con un tipo de reconocimiento exterior, pero sentirte vacía y desconectada de ti misma. Puedes gustarte desde un punto de vista objetivo, pero no te quieres incondicionalmente. Quererte incondicionalmente significa que sabes que habrá veces que no te gustarás, pero no por ello dejarás de amarte. Al igual que no dejas de querer a tu hijo porque le salgan granos. Le puedes ver más o menos guapo, según la fase de su vida, pero tu amor hacia él se mantiene intacto”, nos cuenta.
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Una asignatura pendiente
Teniendo todo esto en cuenta, podemos llegar a la conclusión de que desarrollar el amor propio es una de las asignaturas pendientes de nuestro tiempo. María Fernández lo tiene claro: “¿Quieres que te diga lo que realmente pienso? El mundo está enfocado para que sientas que no tienes autoestima. Continuamente te están mostrando cuerpos perfectos, vidas ordenadas, y éxitos exteriores… Todo eso para que te sientas incompleta y puedan venderte un pintalabios y de repente te sientas poderosa”, apunta.
La influencia de las redes sociales
En este sentido, hay una herramienta presente en nuestras vidas, como son las redes sociales, que no están ayudando demasiado. “¡Nada! Es la trampa perfecta… Es lo que te comentaba. Las redes sociales muestran vidas y rostros perfectos, que te recuerdan que no eres suficiente, que siempre necesitas mejorar para ser alguien y que te quieran. Si quieres la fórmula perfecta para la infelicidad pega tu cabeza al móvil 60 minutos al día. La felicidad nunca ha estado ni estará en las pantallas. La verdadera conexión no es la del wifi sino la que tienes contigo misma”, nos dice la coach.
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Consejos útiles para desarrollar el amor propio
Toca, teniendo todo esto en cuenta, buscar soluciones. ¿Cuáles serían los consejos que daría la experta a una persona para que mejorara en este aspecto y desarrollara más su amor propio?
- Pasar tiempo consigo misma, pasear en soledad, tener una libreta donde poder legitimar sus pensamientos y emociones, decretarse a sí misma que se amará sobre todas las cosas.
- Prometerse que hará todo lo posible para estar orgullosa de sí misma, pero sin que ello perturbe su amor incondicional.
- Perdonarse por fallos del pasado, pero que hoy la hacen más sabia, reírse de sus propios defectos y originalidades, y apostar por sí misma bajo cualquier circunstancia.
“Lo importante es que esa persona se dé cuenta de que, si no tiene el amor hacia sí misma, nunca alcanzará un tipo de plenitud. Aprender a hacer planes en soledad fortalece la conexión con una misma, como viajar, ir al campo sola, y no rellenar huecos de soledad con cualquier persona”, nos dice.
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¿Se puede aprender a quererse más?
“El amor, ya sea propio como hacia los demás, nunca requiere de esfuerzo. El amor es propulsión. Tus padres no hicieron esfuerzo para amarse y concebirte. Tampoco tú haces esfuerzos para querer a tus hijos o a tu mejor amiga. Entonces ¿por qué vas a hacer esfuerzos para quererte a ti? Denostar el amor propio es el mejor invento del sistema para mantenerte atrapada, incompleta y manipulable”, concluye María Fernández.
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