Existen muchas razones que nos llevan a considerar si seguir comiendo carne o apostar por una dieta centrada en los alimentos vegetales. Además de cuestiones puramente éticas, eliminando la carne de nuestra alimentación probablemente tengamos una mejor digestión, porque la carne roja precisa de un proceso digestivo más lento y pesado. Además, la carne está sujeta a hormonas para su más rápido crecimiento, y el uso de antibióticos en los animales cada vez es más preocupante. Por si fuera poco, sus grasas influyen en el aumento de los niveles de colesterol.
La importancia de las proteínas
La proteína verde suena muy bien, pero las de origen animal siguen ganando la comparativa en cuanto a los beneficios que pueden traer para la salud, si obviamos todos los aspectos negativos que hemos comentado antes. La razón por la que las proteínas animales son mejores es porque son más completas.
Esta cuestión no es menor, porque son precisamente las proteínas las sustancias encargadas de la formación de enzimas, anticuerpos, hormonas y tejidos. Estas proteínas se componen de 22 aminoácidos, unos más prioritarios que otros. Solo las proteínas animales contienen todos estos aminoácidos, y en muy pocos alimentos vegetales se da esta circunstancia, de forma muy excepcional podemos hallarlos todos en la quinoa y la soja.
Sin embargo, una alimentación 100% vegana siempre necesitará un aporte suplementario de vitamina B12, porque no podemos encontrarla en ningún producto vegetal. Esta vitamina está implicada en la formación de glóbulos rojos y de la puesta a punto del sistema nervioso. Su carencia puede producir anemia y alteraciones en el metabolismo de las neuronas.
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Esta es la razón por lo que para completar la presencia de aminoácidos en las alimentaciones vegetales se recurra a la mezcla de alimentos, como el famoso tándem formado por las lentejas y el arroz, que equivalen a las proteínas que proporciona la carne.
Por eso es muy importante, para los que comienzan a desligarse de la carne, hacerlo de la mano de un nutricionista que pueda organizar una dieta equilibrada sin carencias de las proteínas necesarias para que nuestro organismo siga regenerando sus tejidos y hormonas. Porque, pese a que existen libros y tutoriales en la red, el objetivo debería ser estudiar cuáles son tus necesidades concretas, cómo es tu dieta, y traducirla a opciones vegetales bien compensadas.
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El hummus puede ser la solución para tomar legumbres en una rutina ajetreada
Entre todas las opciones, las legumbres son los alimentos vegetarianos que más proteínas nos aportan. En nuestro ritmo de vida probablemente no te veas comiendo un plato de cuchara en pleno verano, o en medio de un día agitado entre tu trabajo y el gimnasio. Por eso la mejor opción para incluir las legumbres en nuestra dieta es triturándolas y elaborando con ellas recetas fáciles de hummus (entre cuyos ingredientes principales encontramos garbanzos, tahina, aceite, pimentón, ajo...). Puedes tomarlo frío o templado. Untado, dipeado o a cucharadas. Además de de sus muchas proteínas, estarás recibiendo un aporte de fósforo, vitamina A, calcio y magnesio.
Es importante que si optamos por una alternativa saludable, como un hummus, tratemos de que realmente no contenga conservantes ni aditivos. Si lo compras ya hecho, vigila con atención sus ingredientes para cerciorarte de que todo lo que quieres evitar comiendo carne no lo tenga, con otras sustancias, ese humus de fabricación industrial. Realmente, la mejor opción siempre será hacerlo en casa, es barato, y una vez hecho aguanta hasta cuatro días en el frigorífico porque el limón y el ajo son conservantes naturales.
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