¿Sabías que tu móvil puede sabotear tu dieta para perder peso?

Si no consigues adelgazar y crees que tu alimentación es saludable, desconfía de tu teléfono móvil. Puede hacerte engordar. Al menos, eso sugieren algunos estudios. Te vamos a revelar el motivo.

Por hola.com

¿Estás intentando perder peso y no lo consigues? Lo primero que debes hacer es revisar tu dieta. Cometemos muchos errores al comer que pueden añadir calorías de más. La ausencia de ejercicio físico o no realizar el suficiente también puede impedir que te libres de esos kilos que te sobran. Pero si sueles cuidarte, comes sano, practicas alguna actividad deportiva y, aún así, no adelgazas, antes de pensar que puedes tener un problema, echa un vistazo a tu alrededor. No, no solo responsabilices a tu pareja. Tu teléfono móvil puede sabotear tu dieta

Esto, al menos, es lo que sugiere un estudio realizado por Fundación Mapfre y la Universidad CEU San Pablo de Madrid. El informe 'Alimentación, sociedad y decisión alimentaria', que ha indagado en las costumbres diarias de la población, basándose en una encuesta nacional a 2.052 personas, ha observado, entre otros aspectos, que las personas que utilizan el teléfono móvil o cualquier otro dispositivo durante sus comidas, tienen una tendencia mayor a aumentar de peso

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El teléfono en las comidas

No es el primer trabajo que alerta de las consecuencias del abuso del estos aparatos mientras comemos. Una investigación japonesa realizada por la Universidad de Notre Dame llegó a la misma conclusión. Los autores del estudio estaban convencidos de que los smartphone habían contribuido a mejorar algunos de los hábitos de la población e, incluso, gracias a las aplicaciones e-health, se podía combatir la obesidad. Sin embargo, también sospechaban que estos dispositivos podían tener la culpa de que se engorde.

Para despejar su duda solicitaron la colaboración de más de 200 jóvenes de entre 18 y 20 años a los que se midió y pesó al inicio del estudio. Para realizar el control, los participantes se dividieron en dos grupos: uno podía seguir utilizando el móvil en la mesa, y el otro, no. Tres años después volvieron a pesarles. Aquellos que habían usado su teléfono en el almuerzo o en la cena pesaban una media de tres kilos más. 

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No es el móvil, engordas tú 

La razón por la que tu smartphone puede ser el responsable de que subas de peso es que cualquier distracción puede alterar los mecanismos que regulan la saciedad. Y ello puede hacernos comer más, aunque nuestro estómago esté lleno. 

Sentimos la necesidad de comer y paramos de hacerlo gracias a la comunicación entre varias sustancias y el cerebro. Sus nombres son ghrelina y leptina. La primera despierta la sensación de apetito, mientras que la leptina (producida en el tejido adiposo) está implicada en la sensación de saciedad, y le dice al cerebro que ya estás llena, haciendo que dejes de comer. 

Esta comunicación puede sufrir un retraso o podemos no darnos cuenta de ella si, cuando estamos comiendo, leemos, repasamos el correo electrónico o revisamos las redes sociales. En ese caso podemos 'despistar' al cerebro, que no captará la señal de que estamos llenos y no sabremos cuándo parar, provocando que comamos, incluso, el doble. Ocurre lo mismo si vemos la televisión u hojeamos el periódico. De ahí que los expertos nos recomienden parar para comer, centrarnos en esta actividad, ser conscientes de ella y no realizar otra al mismo tiempo. 

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'Apps' para peder peso 

Pero no todo son malas noticias en torno al móvil, ya que también se ha visto, como decíamos, que puede favorecer cambios en nuestros hábitos que nos permitan perder peso. Un trabajo realizado por el Departamento de Pediatría de la Universidad de Londres señaló, de hecho, que la incorporación de la tecnología móvil inteligente puede fomentar cambios en los hábitos alimenticios de la población y favorecer la práctica de ejercicio físico y, así, prevenir la obesidad y los problemas asociados como las enfermedades de corazón, a través de aplicaciones de entrenamiento, para contar pasos, contar calorías y tutoriales para comer mejor. 

Por tanto, debemos elegir qué uso queremos darle al teléfono. Puede servirnos para mejorar nuestra calidad de vida y la salud o, por el contrario, puede sabotear nuestro objetivo de estar bien. ¡Tú decides! 

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