Una joya arquitectónica
Los hijos del fundador de una de las casas de lujo más prestigiosas en la actualidad (Georges, Blanche Amélie y Émilie Elizabeth Vuitton) jugaban en el jardín de esta casa de campo situada a tan solo 10 km del centro de París, remaban en el cercano río Sena y aprendieron el oficio familiar en los talleres antes de entrar en el negocio.
En contraste con los talleres construidos en el futurista estilo Gustave Eiffel de la época, la vivienda es de estética tradicional, salvo tras el añadido art nouveau (como muestran su bella vidriera y fachada coloreadas), de la ampliación hecha por su hijo George tras la muerte de su padre. Otra contribución importante del primogénito fue crear el monograma con el que ahora se reconoce a la marca, con las iniciales ‘LV’ entrelazadas, la flor y el diamante.
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