La mesa, redonda
En este comedor, si hay algo que nos gusta es la mesa redonda que la protagoniza. Y es que este tipo de mesas encajan mejor en cualquier espacio (son ideales para cuando los metros escasean), pero, además, sus formas orgánicas facilitan el movimiento, eliminando los encontronazos con las temidas esquinas. Y sus ventajas no terminan ahí, ya que las mesas redondas fomentan la conversación. En ellas todos sus comensales se ven la cara y pueden intervenir cómodamente sin la necesidad de crear subgrupos en los que charlar sea más agradable.
Aquí, gracias también a los techos altos, los hermanos Scott se han concedido la licencia de colocar una gran lámpara de papel sobre la mesa. Y, aun con un gran tamaño, su diseño no es pesado ni llena el espacio.
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