Grandes, alegres y con la misma belleza silvestre de las margaritas o las caléndulas. Así son las flores de la equinácea (Echinacea purpurea), una planta perenne con flor muy fácil de cultivar.
Como sus primas hermanas, pertenece a la familia de las Asteráceas y es una alternativa perfecta para añadir color a tu jardín, especialmente durante los meses de verano. Toma nota de los cuidados que necesita.
Una belleza llegada de América
La equinácea es una planta que tiene su origen en América del Norte, donde algunas especies, como la Echinacea angustifolia y la Echinacea pallida, son muy frecuentes. En Europa la especie más común es la Echinacea purpurea, presente en nuestros jardines de forma habitual como otras Asteráceas.
Y no es extraño que así sea porque, además de destilar belleza a raudales, es una planta fuerte, resistente y de fácil cultivo. Por eso es siempre una buena idea hacerle un hueco en el jardín.
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