¿A qué huele tu salón?
De todo lo que perciben nuestros sentidos, depende que nuestro salón sea un lugar apacible y agradable, perfecto: desde la vista hasta el olfato o el oído. Así, unos arreglos florales o una composición de velas aromáticas repartidos por distintos muebles de tu saló aportarán un rico aroma al espacio.
Cuida también el grado de aislamiento acústico de tu salón, porque, si no fuera el adecuado, quizás tengas que llevar a cabo algunas obras para insonirizar tus estancias y, de este modo, asegurarte una mayor calma y bienestar. Que los ruidos externos (el tráfico, las obras en la calle, los gritos de los vecinos…) no te impidan disfrutar de un salón perfecto.
Y otro aspecto que tampoco se ve, pero sí se siente, es la temperatura. Revisa la climatización de tu salón para que no tengáis ni frío en invierno ni calor en verano.