6. Abiertas y con todo a la vista
Normalmente las cocinas clásicas se componen de muebles altos y bajos, imponentes y, a veces, demasiado apabullantes. Evidentemente ofrecen un buen espacio de almacenamiento y ocultan todo para mantener el orden, pero pueden resultar algo anticuadas. Las de estilo moderno abren sus armarios y se deshacen de sus puertas para revelar sus secretos y su mejor vajilla. A diferencia de la cocina de diseño, a la que le gusta esconderse, no teme mostrar sus barras de accesorios o su pequeña decoración. En otras palabras: prefiere el encanto al lujo.
En este momento de libertad, la tendencia actual en cocinas pasa por eliminar los módulos de arriba y dejar las paredes libres o instalar baldas o estanterías de madera o metal, como en este ambiente de Ikea. Esta composición permite ganar espacio para guardar, convirtiéndolas, al mismo tiempo, en auténticos elementos decorativos. Para ello, no dudes en intercalar accesorios prácticos para el día a día con elementos decorativos, desde un libro de cocina expuesto como una obra de arte, hasta un jarrón con flores frescas, un aplique de diseño o marcos de fotos. También puedes instalar barras, imitando el estilo de los restaurantes, para utensilios, tapas o botes de especias.