Un básico: las mesitas de noche
No pueden faltar, ni siquiera en dormitorios pequeños. Y es que hay muchas opciones al elegir la mesita de noche. Si necesitas más almacenaje, elige un modelo con cajones en los que guardar, por ejemplo, la ropa interior. Pero, si el espacio escasea, elige un modelo suspendido. Estas mesitas son ligeras, facilitan la limpieza y ofrecen suficiente superficie como para colocar un libro, las gafas o un vaso de agua. Van colgadas de la pared y podrás ponerla donde te convenga, según la altura de la cama. Y es que, sea como sea la mesita de noche que elijas, es fundamental que su altura sea similar a la de la cama, ni más alta, ni más baja. En el primer caso, evitarás golpes innecesarios y, en el segundo, será más accesible y cómoda.
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