La masa tiene cierta similitud con nuestras clásicas magdalenas pero su forma es muy distinta, e inconfundible, por otra parte. Para hacer esta receta clásica de la repostería francesa necesitamos un molde específico y lo que le aporta su sabor característico es la mantequilla 'noisette', esto es que al cocinar esta grasa, se tuesta ligeramente y desprende un ligero sabor a ese fruto seco.
- 2 ud de Huevos
- 2 ud de Huevos
- 125 g de Mantequilla
- 160 g de Harina de repostería
- 180 g de Azúcar blanca
- 0.5 cc de Levadura en polvo
- 1 pizca de Sal
- 1 cc de Esencia aroma de vainilla
- Mantequilla para el molde
- Harina para el molde
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1.
Empezamos derritiendo la mantequilla en un cazo a fuego bajo. Veremos cómo se separa la proteína de la grasa y retiraremos la primera, o sea, la parte sólida de la mantequilla que queda en la superficie, y seguiremos cociendo hasta que se dore y adquiera un tono tostado para obtener nuestra mantequilla 'noisette'.
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2.
Tamizamos la harina, la levadura en polvo y la sal.
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3.
En un bol montamos las yemas y los huevos con el azúcar ayudándonos de una varilla eléctrica.
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4.
Agregamos la harina con cuidado, la esencia de vainilla y la mantequilla 'noisette'.
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5.
Metemos la mezcla en una manga pastelera y la dejamos reposar en la nevera 1 hora.
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6.
Precalentamos el horno a 190ºC.
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7.
Engrasamos y enharinamos el molde especial para nuestras 'madeleines' y vamos rellenando los huecos hasta unas 3/4 partes de capacidad, ya que luego subirán.
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8.
Horneamos entre 8 y 10 minutos, hasta que veamos que ha subido y se ha dorado ligeramente.
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9.
Las sacamos del horno, dejamos enfriar y podemos servir tal cual o con un poco de azúcar en polvo.
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