Esta receta sorprende por su sutil toque picante, ese que nos da la guindilla, pero que para nada resulta desagradable y, además, combina a la perfección con el cierto amargor del chocolate negro.
Para la 'mousse'
- 300 g de Chocolate negro
- 750 ml de Nata para cocinar
- 150 g de Azúcar blanca
- 4.5 ud de Hojas de gelatina
- 0.5 unidad de Guindilla seca muy picada
Para el bizcocho
- 400 g de Chocolate negro
- 2 ud de Huevos
- 110 g de Mantequilla en pomada
- 110 g de Azúcar blanca
- 110 g de Harina
- 1 cucharadita de Extracto de vainilla
- 40 g de Pistachos picados
- 40 g de Frambuesas
- 225 ml de Agua
'MOUSSE' DE CHOCOLATE
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1.
Ponemos las hojas de gelatina en agua fría para que se hidraten.
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2.
Mientras, derretimos el chocolate al baño María.
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3.
En otra cazuela, llevamos a ebullición el azúcar con la guindilla y 225 ml de agua. Añadimos la gelatina y disolvemos bien.
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4.
Incorporamos el chocolate, mezclamos de nuevo y dejamos a fuego bajo.
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5.
En un bol, montamos la nata hasta que adquiera consistencia y se la añadimos, con movimientos siempre envolventes, a la mezcla anterior. Conservamos en el frigorífico.
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1.
Precalentamos el horno a 180 ºC.
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2.
Mezclamos los huevos con el azúcar y la mantequilla. Añadimos la vainilla, la harina y, con unas varillas eléctricas, batimos hasta obtener una crema densa y homogénea.
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3.
Vertemos en un molde enharinado y horneamos unos 15-20 minutos.
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4.
Desmoldamos y dejamos enfríar para después ir desmenuzando nuestro bizcocho y repartir sus migas en nuestros vasitos.
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5.
Podemos poner primero una capa de frambuesas, después la del bizcocho desmenuzado y, por último, cubrir con nuestra 'mousse' de chocolate hasta rellenar el vaso por completo.
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6.
Dejamos enfriar un par de horas en el frigorífico y servimos decorando con un par de frambuesas más.
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