Receta de pollo al ajillo con salsa de soja, ¡repetirás!

Seguro que a todos nos ha pasado alguna vez eso de que tengamos invitados por sorpresa para comer o para cenar y no sepamos con qué sorprender a nuestros comensales.

Por hola.com

Una de las primeras cosas que se nos ocurren a buen seguro si tenemos invitados es encargar comida para llevar o realizar algún plato típico que ya hayamos cocinado mil veces y que, seguramente, nuestros invitados ya habrán degustado en alguna ocasión.

Pero, si lo que quieres es sorprender a tus invitados y dejarles con la boca abierta y con ganas de repetir, lo mejor será preparar esta sencilla receta: un rico pollo al ajillo con salsa de soja que seguro que a todos cautivará.

¿Qué ingredientes necesitamos?
 

  • Pollo entero troceado en trozos pequeños para facilitar su elaboración
  • Aceite de oliva
  • 200 ml de brandy o licor (aproximadamente un vaso)
  • Seis dientes de ajo
  • Perejil
  • Una cucharada sopera de miel
  • Dos cucharadas sopera de salsa de soja
  • Pimienta y sal
     

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Preparación

El proceso de elaboración del pollo al ajillo con salsa de soja es muy sencillo a la vez que rápido, y solo hay que seguir algunos pasos que mostramos a continuación. Para empezar, lo primero que debes hacer es pelar los seis dientes de ajo y meterlos en un vaso de batidora manual o eléctrica (esto es a gusto del consumidor).

En ese mismo momento, cuando hayas pelado y añadido los ajos, también añadirás los 200 ml de brandy o licor que has separado en un vaso previamente, añadiéndole también la cucharada sopera de miel y las dos cucharadas soperas de salsa de soja.

Cuando tengas todo esto en el vaso de batidora, añade un poco de agua para facilitar el trabajo y bate todo hasta que quede bien triturado con una mezcla más o menos homogénea, que debes reservar mientras continúas con el resto del proceso de elaboración de tu plato estrella.

Una vez que hayas terminado de triturar todos estos ingredientes y los hayas reservado, pasa a cocinar el pollo. Para ello, pon el pollo previamente troceado en pequeños trozos en una cazuela con un chorrito de aceite de oliva. Lo salpientas y lo dejas cocinar a fuego lento hasta que se haga por todos lados y quede un color más o menos dorado (puedes cocinarlo más o menos, al punto que tú elijas).

Cuando el pollo esté listo, añade la mezcla que hayas triturado a la cazuela y la juntas bien con el pollo para que pueda unificar bien el sabor. Remueve continuamente hasta que todos los ingredientes se mezclen a la perfección, dejando reducir un poco la salsa.

Cuando compruebes que está a tu gusto y en su punto, lo apartas del fuego y lo pones en una fuente, añadiendo un poco más de perejil para la decoración de tu plato, ¡y ya estará listo para servir!