Grasas, sí, pero de las buenas
Las dietas realmente saludables nunca prescinden de este macronutriente a riesgo de desarrollar grandes problemas para la salud en forma de dificultades cognitivas, cambios en el estado de ánimo e incluso alteraciones en las funciones del cerebro, el corazón o la piel. La melena es otra de las grandes beneficiarias de su consumo como explica el Dr. Steven Walker, de la clínica Hospital Capilar: "Son muy importantes en el ciclo de crecimiento del cabello. Hay una participación importante de ácidos grasos esenciales a nivel del ciclo folicular, por lo que éstas son esenciales para mantener una correcta salud capilar".
Aunque la recomendación del doctor viene con reservas: "El problema reside en que lo habitual es el consumo de grasas saturadas, las cuales alteran a nivel sistémico, comprometiendo la irrigación sanguínea del folículo piloso, lo que, a su vez, produce un aumento de los radicales libres". Es decir, en lugar de las que realmente potencian el crecimiento de una melena saludable, las que solemos elegir (azúcares refinados, productos ultraprocesados y ricos en sal o bollería industrial, entre otros ejemplos) provocan justo lo contrario.