1. Eres más feliz. Cuando haces ejercicio, el cuerpo segrega las endorfinas, de las que tantas veces hemos hablado, pero además aumenta la actividad cerebral, ayudando a encontrar soluciones a los problemas que en condiciones de reposo consideras irresolubles. Repito, eres más feliz, ¿a ver quién mejora eso?

2. Ayuda a dormir. El deporte es un excelente catalizador del sueño, si eres una persona con tendencia a dormir poco o a que te cueste, el cansancio producido por el ejercicio te ayudará a mejorar tus noches. Si por el contrario tienes demasiado sueño, el ejercicio te activa y te despierta, es un excelente estimulante para aquellos que necesitan un empujoncito.

3. Ayuda a poner orden en tu vida. Las personas que entrenan o hacen ejercicio son más ordenadas en otros aspectos de su vida. Una vida deportiva saludable te vuelve menos perezoso frente a las obligaciones y te permite ver la recompensa del orden.

4. Incrementa tu confianza. Haber conseguido convertirte en la persona que deseabas, hace que te sientas capaz prácticamente de todo. Y es que vencer a unos instintos tan internos como el de la gula y el de la pereza, te da fuerzas para afrontar cualquier tarea, hace que te sientas cómoda en la filosofía del esfuerzo.

5. Incrementa la valoración que los demás tienen de ti. Es un hecho, no solo por la imagen exterior, que también, pero sobre todo por la disciplina. Nada como una persona capaz de proponerse un reto y cumplirlo para demostrar al resto que es de decisión firme. En este caso, un fracaso juega justo el papel contrario, nada peor para la admiración de los demás que estar diciendo continuamente “este lunes sí” .

6. Te ayuda a socializar. Si eres de las que están aburrida de que cada día sea igual, de hablar prácticamente solo con tu familia y con tus compañeros de trabajo, en el gimnasio o en tu centro de deportes conocerás un montón de gente, con ganas de pasárselo bien. Lejos de referirme al típico ligón, me refiero a círculos de amigos que, al solo tener en común el gimnasio son cada uno de profesiones diferentes, opiniones diferentes, en definitiva, gente nueva e interesante.

7. Contagia a tus cercanos, sobre todo a tus hijos. Uno de los mejores valores del deporte es su capacidad de contagio. Todas, al ver que alguien ha mejorado su aspecto y su salud, queremos hacer lo mismo, es normal. Este aspecto es esencial en el momento de la educación, pues si mientras estás educando a tus hijos, no te ven moverte a ti, por mucho que les pagues el fútbol o el patinaje, sus posibilidades de acabar siendo sedentarios se multiplican si es lo que ven en casa. Así que si te mueves, no solo estás invirtiendo en ti, también en tus hijos.

8. El ejercicio mejora el riego sanguíneo, la elasticidad, la fuerza, la resistencia, el equilibrio y la coordinación, cualidades todas ellas, que, casualmente, también mejoran nuestras relaciones sexuales.