Hablamos con Alejo Sauras cuando se cumplen 20 años de ‘Los Serrano’: ‘Volvería a interpretar a Raúl una y mil veces’
Junto a Alexandra Jiménez, África, en la serie, formó una de las parejas más queridas (y recordadas de la televisión). Ahora, el actor, que triunfa sobre los escenarios, nos presenta su último proyecto: poner voz a la ficción sonora ‘Historias para no dormir’
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El 22 de abril de 2003 se estrenaba en televisión una serie que marcaría un antes y un después en la historia de la ficción española, Los Serrano. El éxito fue rotundo. Casi cinco millones de espectadores siguieron, semana tras semana, la primera temporada que contaba las aventuras cotidianas de una modern family formada por un matrimonio de recién casados muy particular. Y podríamos decir que, a partir de entonces, nada volvió a ser lo mismo para sus protagonistas. Uno de ellos era Alejo Sauras, que daba vida al inolvidable Raúl, el mejor amigo de Marcos (Fran Perea) y uno de los alumnos más carismáticos del instituto Santa Justa.
Veinte años después, Alejo recuerda su etapa en Los Serrano con especial cariño, y reconoce que, todavía, a día de hoy, nostálgicos de la serie le paran por la calle. Aunque, cuando le llegó esta oportunidad, él no era un rostro desconocido de la pequeña pantalla -había formado parte de otra ficción española muy popular, Al salir de clase-. “Cuando de repente te conviertes en un personaje muy conocido siendo muy joven, que fue lo que me pasó a mí, no es fácil de llevar, en general. No hablo por todos. Hablo por mí. Cuando, de repente, todo el mundo te conoce, abruma un poco y puede ser difícil de llevar. Seguramente hubo alguna época, hace algunos años, en la que me costó llevarlo bien, pero ahora no es el caso”.
Porque Alejo ya ha consolidado su espacio en el mundo de la interpretación. Ahora, lo encontramos sobre las tablas de los teatros españoles, y, también, en el mundo sonoro, porque acaba de poner voz a Historias para no dormir, la emblemática serie creada por Chicho Ibáñez Serrador que ha sido adaptada a un formato audioserie por la plataforma ‘Audible’.
Hablamos con él de este nuevo proyecto, de la fama, su carrera como actor y, por supuesto, de Los Serrano.
- Pones voz a una de estas Historias para no dormir. ¿Qué fue lo que te convenció de este proyecto?
- Por un lado, la franquicia de Historias para no dormir, me encanta. La veía de niño y me encantaba. Y, por otro lado, nunca había hecho ficciones sonoras, y me atraía mucho la idea… Quería descubrirlo.
- ¿Y qué tal la experiencia?
- Ha sido fantástica, insuperable. Iba con un poco de miedo al principio, la verdad, porque, bueno, nosotros trabajamos con imagen y con sonido, y de hecho, pues en cine, televisión… parece que la imagen tiene más porcentaje de fuerza en el trabajo que haces, y el hecho de tener sólo sonido, es como: ‘Bueno, a ver cómo puede salir esto’. Más en un país como España, donde tenemos grandes dobladores y profesionales de la voz. Era un reto y me apetecía mucho. La verdad es que el resultado ha sido muy bueno.
- O sea, que repetirías
- Sí, sí. Desde luego. Yo viajo mucho en coche, y muchas veces voy escuchando audiolibros y pódcasts.
“A la hora de escoger mis papeles, me guío más por el personaje y el papel que voy a interpretar, y por la historia que contamos”
- Últimamente te vemos más sobre las tablas del escenario que en televisión…
- Bueno, últimamente tampoco. Los actores somos actores, y yo creo que todos o la mayoría de nosotros nos dedicamos a todo aquello que podamos interpretar, ya sea encima de un escenario, delante de una cámara de televisión o de cine. Yo ya llevo bastantes años haciendo teatro, y creo que es el medio natural de un actor, donde nos sentimos más felices y libres porque podemos desarrollar una historia y darle, día a día, forma. El público está delante, podemos saber cómo respira, cómo funciona, y para los actores el teatro es algo muy mágico. Eso no quita para que pueda seguir haciendo series, el año que viene haré una película…
- ¿No hay cierto vértigo? Porque al final el teatro es en directo, aquí no se puede parar y volver a empezar
- Claro, ése es el reto (se ríe). Tener que hacerlo todos los días y que cada día salga como si fuera la primera vez, y que todos los problemas que pueda haber los tengas que resolver encima del escenario.
- ¿Qué te gusta más: el cine, el teatro o la televisión?
- Todos ellos tienen sus ventajas y sus inconvenientes. En cine y en televisión puedes parar, y en teatro no. Hay quien diría que eso es un contra, pero, para mí, no, porque lo que haces es ponerte las pilas y estar más activo que nunca. En televisión y en cine todo se puede mejorar con sonido, con efectos especiales, con una iluminación, con un plano concreto… Yo me guío más por el personaje y el papel que voy a interpretar, y por el proyecto en sí, la historia que contamos.
- La interpretación es una profesión complicada. Hay muchísimos actores que no pueden vivir de ello. ¿Tú te sientes un ‘privilegiado’?
- Me siento afortunado de poder trabajar como actor. Hay un cuatro por ciento de los actores en este país que puede vivir de su trabajo, y formar parte del cuatro por ciento de algo, creo que es para sentirse muy afortunado. ¿El talento está? Pues imagino que sí, por supuesto. Si no pensara que tengo talento, no me dedicaría a esto. Pero evidentemente hay actores con mucho talento que no pueden vivir de esto, y yo creo que ahí también hay un factor suerte, a lo mejor. No sé si es eso o no. Pero sí, afortunado cada día de mi vida que puedo decir que me dedico a esto.
- Estarás cansado de hablar de esto, pero este año se han cumplido 20 años de Los Serrano. ¿Cómo recuerdas la serie?
- Para mí la serie fue una época maravillosa de mi vida. Lo recuerdo con muchísimo cariño, para mí Los Serrano son muchas cosas, no sólo una serie en la que trabajé. Tuve la suerte de aprender con grandísimos actores de este país y me brindó algo que en televisión no es muy común: un trabajo constante, a lo largo de mucho tiempo, en el que tu formación crece muchísimo. Fueron seis años, en los que trabajé todos los días (salvo algunas vacaciones que parábamos), y eso te da una experiencia muy muy grande. Y si además lo haces junto a actores como Antonio Resines, Julia Gutiérrez Caba… y puedo seguir un buen rato diciendo nombres de actores y actrices de este país...
- A día de hoy, si te llegase de nuevo ese papel, ¿volverías a cogerlo?
- Sí, claro, le tengo muchísimo cariño al personaje de Raúl. Una y mil veces lo haría.
“Encasillarte es algo que no depende de ti. A ti te llega un proyecto y no sabes si va a gustar o interesar a nadie”
- ¿Nunca tuviste miedo de que te encasillasen? Me creo que todavía haya gente que te pare por la calle para hablar de Los Serrano…
- Sí, sí, claro que la hay. Bueno, es que… encasillarte es algo que no depende de ti. A ti te llega el proyecto y tú no sabes si va a gustar o no le va a interesar a nadie. A ti te llega el proyecto y tú decides hacerlo. Por otro lado, y al hilo de lo que hablábamos antes, formar parte de ese cuatro por ciento de actores que trabaja todos los días, si te encasillan es porque estás trabajando y algo estás haciendo bien. Porque si al público el personaje no le llega, no te encasillan. Te pueden encasillar, pero también hay otra cosa que puedes hacer para ‘desencasillarte’ y es hacer otros personajes.
- Ése fue tu gran salto, ¿no?
- Bueno, yo ya venía de antes. Había hecho Al salir de clase y uno de los primeros personajes homosexuales de televisión. Realmente la misma duda del encasillamiento que me dices, la tuve antes. Y yo pensaba que si me encasillaban, ya me desencasillaría, que eso era porque estaba haciendo algo bien. Y, bueno, han pasado veinte años y no he dejado de trabajar, así que quiero pensar que algo he hecho bien.
- Hay muchos actores que han interpretado a personajes que han quedado en la memoria de todos, y que han hablado de la presión que supuso lidiar con la fama. ¿Es tu caso?
- Bueno, es que, cuando de repente te conviertes en un personaje muy conocido siendo muy joven, que fue lo que me pasó a mí, no es fácil de llevar, en general. No hablo por todos. Hablo por mí. A mí me gusta salir a la calle y llevar una vida normal. Entonces cuando de repente, de cero, todo el mundo te conoce, te abruma un poco. Puede ser difícil de llevar, seguramente hubo alguna época hace algunos años en la que me costó llevarlo bien, pero ahora no es el caso. Ahora valoro más el cariño de la gente. Si te conocen es señal de que valoran tu trabajo, y que te siguen; y, por otro lado, lo que he recibido siempre de la gente ha sido cariño. A mí nunca me han insultado por la calle, no me han tratado mal… Bueno, hace algunos años, sí que hubo una ocasión… Al final hay gente extraña, a la que no le gustan los homosexuales, y cuando interpretas a uno, siempre te dicen alguna cosa desagradable, pero eso pasó hace muchos años y la verdad es que casi ni lo recuerdo. Lo que yo recibo de la gente es cariño, entonces… ¿Cómo vas a sentirte mal por recibir cariño?
- ¿Te hace ilusión que Los Serrano continúe triunfando en el extranjero?
- Hombre, claro, que un trabajo tuyo triunfe, siempre te hace ilusión. Pasen treinta o cuarenta años. Es un proyecto al que yo le tengo muchísimo cariño, que de alguna forma siga vivo, cree ilusión, y que lo sigan emitiendo, quiere decir que, de alguna forma, en un mundo como el de ahora, en el que todo es tan efímero, en el que haces una cosa y al día siguiente ya nadie se acuerda... que la gente lo siga recordando, claro que me hace mucha ilusión.
- Has marcado a toda una generación, y tengo que preguntarte, ¿cómo es a día de hoy tu relación con Alexandra Jiménez, que interpretaba a África? Juntos formasteis una pareja televisiva que quedará para el recuerdo…
- Pues mira, Alexandra y yo siempre hemos tenido una relación maravillosa. Y hablamos regularmente. De hecho, somos casi vecinos. Ella se ha venido a vivir a mi zona, y hablamos más a menudo que antes, así que seguimos manteniendo una relación maravillosa y seguimos siendo muy amigos.
- ¿Qué sueños y metas te quedan por cumplir?
- Para los actores, los sueños son personajes, y me quedan muchos por hacer. Lo que ocurre es que claro no se han escrito todavía. Si me preguntas qué personaje me gustaría hacer, pues uno que no se haya hecho ya. Todos soñamos con un personaje que cale en el corazón de la gente. ¿Cuál? Pues cuando lo descubra, te lo digo (se ríe)
- Tú al final has hecho muchos personajes que han calado en el corazón de la gente…
- ¡Sí! Y todos ellos han sido sueños cumplidos.
“Alexandra Jiménez y yo seguimos manteniendo una relación maravillosa y somos muy amigos después de Los Serrano”
- Me ha llamado la atención que eres un apasionado de la aviación
- Sí, eso desde niño. Me viene de familia.
- ¿Vienes de familia de pilotos?
- De pilotos no, pero de gente aficionada a la aviación, sí (se ríe). Yo vengo de un barrio del extrarradio de Madrid, y mi padre trabajaba en Iberia, pero no era piloto. En mi familia siempre ha habido mucha afición por los aviones y la aviación. Desde niño he visto los aviones. Mi padre tenía un amigo que se dedicaba a la aviación, y a veces me llevaba al aeródromo, y veía las avionetas… alguna vez conseguí que me diesen alguna vuelta, y me gustaba mucho y… yo creo que lo llevo en la sangre porque he vivido con ello desde niño.
- Si no hubieses sido actor, ¿hubieses sido piloto?
- Yo desde niño quise ser piloto, lo que pasa es que no pude porque tenía hipermetropía en un ojo, y de aquella no se operaba, y no nos dejaban. Pero sí, me habría gustado ser piloto, me habría equivocado si lo hubiese hecho, también. Creo que he escogido el camino correcto.
- ¿Es cierto eso de que pilotas aviones en tu tiempo libre?
- Sí, sí. Ya te digo, me gusta mucho la aviación, y hace años tuve la oportunidad de sacarme la licencia de vuelo, y la aproveché y aprovecho para dar paseos.
- ¿Podemos preguntar por dónde?
- Habitualmente son por la Sierra de Madrid (se ríe) porque sales, das un paseo y vuelves. Pero en alguna ocasión me he ido a la playa en avión.
- ¿Y otra afición es hablar japonés? ¿Lo sigues practicando?
- No, estudié japonés porque yo soy un friki y me gustan mucho las cosas frikis, mi padre tenía una compañera en el aeropuerto que era japonesa y atendía a los clientes japoneses. Me llevaba muy bien con ella, me enseñaba cosas de la cultura japonesa y me gustaba mucho. Cuando estaba en el instituto decidí que quería aprender un poco más de aquello y estudié un tiempo japonés. Pero han pasado muchos años… los idiomas o los usas o los pierdes. Yo no lo he utilizado, y desgraciadamente, lo he perdido. En su día era capaz de mantener una pequeña conversación en japonés, pero a día de hoy, no.
- ¿Y algún otro hobbie inconfesable?
- No, creo que no me queda ninguno más. El de japonés es bueno, desde luego.
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