Carlo Costanzia relata el infierno que ha vivido desde pequeño

El hijo de Mar Flores, condenado recientemente a 21 meses de cárcel por un delito de estafa, ha revelado que ha estado en un centro de rehabilitación y que lleva más de ocho años en terapia

Por Carla Calvo

El actor Carlo Costanzia ha acaparado multitud de titulares este viernes al sentarse por primera vez en un plató de televisión para hablar públicamente sobre la la decisión de la Audiencia Provincial de Málaga, que le ha sentenciado a 21 meses de cárcel por un delito de estafa. Pero, además de ofrecer su propia versión de lo sucedido, el hijo de Mar Flores y Carlo Costanzia de Costiglione se ha abierto en canal para abordar algunos de los episodios más dolorosos y oscuros que ha vivido desde bien pequeño. Una infancia marcada por la dureza, la sobreexposición, la separación de sus padres, el bullying y los abusos que le condujeron, según su relato, a evadirse con sustancias "desde temprana edad".

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Visiblemente afectado y frente a la empática mirada de Susanna Griso, que le ha recibido en Espejo Público, el intérprete, de 30 años, ha contado que su primer contacto con las sustancias lo tuvo entre los 10 y los 11 años: "Empiezo con alcohol, tabaco, hachís...". Fue entonces cuando las desgarradoras vivencias que había acumulado durante toda su niñez se transformaron en adicciones, una etapa que define como "complicada" después de "los traumas que tengo de mi infancia". "Me hacen un bullying continuado desde pequeño. No solo me pegan e insultan... Todo tipo de insultos inherentes a mi madre, que, como hijo, me molestan mucho", ha comenzado recordando, al tiempo que ha subrayado que en ningún caso deseaba justificarse al hablar de su pasado.

Con la mira puesta en aquella difícil temporada de su vida, el actor de Toy Boy ha enumerado algunos episodios que le dejaron una huella imborrable. Es el caso de su expulsión del colegio del Opus Dei al que iba, motivada únicamente por la portada de Interviú que protagonizó su madre o los momentos en los que tenía que quedarse en clase durante el recreo porque "los niños se reían, me insultaban y abusaban de mí físicamente". Una suma de adversidades que le llevaron con solo 7 años a recibir ayuda psicológica y a tomar antidepresivos hasta los 11. Fue después cuando empezó a introducirse en los malos hábitos y ya en su adolcescencia tocó fondo.

Pese a que ha asegurado que no fue "tan consciente" del sonado divorcio de sus padres, pues llegó "muy temprano en mi vida -cuando tenía 3 años- y tengo buena relación con los dos", la tormenta que se generó sobre su figura fue total, de igual modo que las consecuencias: "Vivo en una burbuja de acoso y exposición mediática", ha rememorado. Un contexto que se traduce, para él, en "una burbuja de depresión y oscuridad" que le conduce a escoger "la vía fácil de evadirme por las sustancias". Pese a que tuvo instantes especialmente sensibles como el miedo de los suyos a que pudiera autoflagelarse o dañarse, el incondicional apoyo de sus padres "en todo momento" y allegados fue fundamental y, a día de hoy, se sienten orgullosos de que lo haya superado. "He tenido problemas de adicción, he tenido problemas, con el alcohol, con las drogas... He estado en un centro de rehabilitación durante seis meses, llevo más de ocho años en terapia y muchos años sin consumir", ha dicho.

En la actualidad se encuentra en una coyuntura difícil tras su condena por estafa, a la que se suma la que estaba cumpliendo "por haber conducido bajo los efectos del alcohol y las drogas, y sin carné", motivo por el que lleva una pulsera telemática en el tobillo: "Tengo unos unos horarios en los que tengo que estar en casa, pero me permite salir a trabajar", ha contado mientras trataba de contener las lágrimas.