Isabel Preysler habla para ¡HOLA!, se planta y dice ‘basta’
‘Hay un límite para todo y lo han traspasado. No voy a permitir que se metan con ninguno de mis hijos’
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Isabel Preysler es como se aprecia: impecable. En su estilo, en sus gestos, en la manera de expresarse, en sus palabras… Pero esta perfección y elegancia no es su talón de Aquiles, o ese punto de debilidad del que se pueden aprovechar para lanzar calumnias o falsedades sin que reaccione. Es muy posible que si el ataque se lo hubieran lanzado a ella, hubiera mirado hacia otro lado para seguir haciendo suya la máxima de no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Pero no, en esta ocasión no lo va a pasar por alto porque se han metido con sus hijos. En concreto, con Tamara.
Y este ha sido su límite, la línea roja que no permite que nadie traspase. Nunca la habíamos visto así. La Isabel que no conocíamos se planta y dice: basta ya de mentiras. “No me voy a quedar callada si se meten con mis hijos, con ninguno de ellos”, nos dice al otro lado del teléfono. Nos pusimos en contacto con ella para hablar de la polvareda mediática que se ha levantado en estos últimos días en torno a su ruptura con Mario Vargas Llosa, y nos encontramos con una Isabel diferente que sentencia de manera aireada: “Ni resentida ni mentirosa, ni molesta ni enfadada, como han estado diciendo, nada de eso es verdad… Pero, sí, tengo un límite, y ese límite son mis hijos”.
“Mario añadió dos párrafos a sufamoso cuento en enero. Hablaba de las islas Marquesas —en referencia al marquesado de Griñón que Tamara heredó de su padre— y se reía de ella, una niña que solo ha sido cariñosa y amorosa con él”
La sorpresa
Seguramente, muy confiados en esa elegancia, hubo quien pensó que Preysler no respondería a la artillería mediática lanzada contra ella y su familia en los últimos días… Y ha debido de ser toda una sorpresa encontrarse a una Isabel de frente, con la cabeza bien erguida y defendiendo a los suyos: “Mario añadió dos párrafos a su famoso cuento el pasado mes de enero. En ellos, hablaba de las islas marquesas —en referencia al marquesado de Griñón que heredó de su padre— y se reía de Tamara, una niña que solo ha sido cariñosa y amorosa con él”. En este relato se puede leer frases como ésta: “La Filosofía comparte el departamento académico con Teología y Cocina. ¡Vaya mezcla! Me imagino el diploma de Doctor en Filosofía, Teología y Gastronomía y me muero de risa”. “Meterla en todo esto —continúa Isabel— me parece caer muy bajo. Hay un límite para todo y lo han traspasado”, nos confiesa. Isabel se refiere al ya famoso cuento Los vientos, del que el propio Mario negó que tuviera referencias autobiográficas hace solo unos días, pero que, sin embargo, reconoció que era un relato sobre su vida cuando salió a la luz.
La otra protagonista
La ruptura de Preysler y Vargas Llosa anunciada por ¡HOLA! en exclusiva a finales de diciembre sigue haciendo correr ríos de tinta y ha sumado una nueva protagonista: Patricia Llosa. La exmujer del célebre novelista mantuvo las distancias con el escritor durante años, pero en las últimas semanas no deja de acaparar titulares. Primero, por su cercanía con el Premio Nobel —para muchos, una reconciliación en camino—; y, ahora, por la explosiva carta que envió a Isabel Preysler.
De la famosa misiva se llevaba hablando muchos días sin pruebas de que fuera algo real; y era ya difícil para algunos creer en su existencia cuando el propio entorno de Vargas Llosa se encargó de dinamitar las últimas especulaciones. Lo hicieron apuntando a que nunca habría escrito a Isabel porque “no es el estilo de una señora como Patricia”, pero sin contar seguramente con la reacción de Preysler. Y la hubo, claro. Asegurando que cuando habla nunca miente, Isabel hizo llegar la carta a ABC y fue así como todo, incluido su contenido, quedó demostrado.
La carta
Patricia Llosa envió por correo esta misiva manuscrita al domicilio de Isabel, en Puerta de Hierro, el 16 de mayo de 2015. Y este hecho demuestra que era consciente de que su ex marido estaba con Isabel. Sin embargo, ella envió un comunicado posterior a esta carta presentándose como víctima de una traición: “Mis hijos y yo estamos sorprendidos y muy apenados por las fotos que han aparecido en una revista del corazón. Hace apenas una semana estuvimos con toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados y la entrega del doctorado de la Universidad de Princeton. Les rogamos respeten nuestra privacidad”.
Había pasado casi un mes y fue el propio Mario el que contó al escritor Santiago Roncagliolo, que estaban separados, que llevaba meses viviendo en un apartamento en Madrid y que el comunicado contenía falsedades.
La advertencia
En la misma carta, Patricia pide como favor “poder reunirse con su familia en Nueva York para celebrar el 50 aniversario de casados que tenía organizado desde hacía mucho tiempo”. También deja claro que no quería que su ex acudiese a la fiesta de Porcelanosa en Londres, cuando dos años antes ella también había asistido a esa misma cena privada. Asimismo, le lanzaba una advertencia al tiempo que le aconsejaba no hacer pública su historia de amor porque “aunque parezca que su matrimonio está roto, Mario tiene como costumbre desaparecer con mujeres. Lo ha hecho 20 o 30 veces a lo largo del matrimonio”.
Cita secreta
La exmujer de Vargas Llosa narra también “desagradables incidentes” en el restaurante O’Pazo y advierte, de mujer a mujer, que, tarde o temprano, Mario la trataría de forma idéntica a como había hecho con otras señoras.
El mensaje está claro y llega una semana después de la cita que tuvieron Mario Vargas Llosa y Patricia el pasado martes, 31 de enero. Sin esconderse y acompañados de su hija Morgana y una de sus nietas, compartieron mesa y mantel en el restaurante italiano favorito de Mario. Como se puede ver en las imágenes —publicadas por ¡HOLA! en exclusiva-—, la relación entre ellos es buena, aunque otro tema es si habrá o no una reconciliación. Los rumores están ahí frente al hecho de que todos preparaban sus maletas para viajar a París para acompañarle a la ceremonia de ingreso en la Academia Francesa.
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