Una de las joyas favoritas de Diana de Gales acaba en manos de Kim Kardashian

La empresaria californiana ha adquirido la icónica pieza de amatistas y diamantes en una subasta

Por Carla Calvo

Que Kim Kardashian es una gran amante de las joyas y de las piezas con historia no es un secreto, pero ahora su extraordinaria colección ha crecido con una adquisición muy especial. Se trata de una cruz de diamantes que lució en forma de collar Diana de Gales, un exclusivo modelo que recibe el nombre de 'Cruz de Attallah'. La icónica joya de amatistas, única por su tamaño, color y vibrante estilo, ya pertenece a la empresaria californiana, pero hasta hacerse con ella ha vivido una auténtica aventura.

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Hasta llegar a las manos de Kim, que pagó más del doble de la estimación previa a la subasta -197,453 dólares-, un total de cuatro personas luchó sin descanso por conseguir la pieza con incrustaciones de diamantes y diseño floral en los últimos cinco minutos de la venta de Sotheby's Royal and Noble. Esta reliquia es especial por su composición, pero también por las memorias que le preceden: se dice que fue una de las joyas favoritas de la princesa de Gales, junto a otras que permanecen en la memoria de todos, como el anillo de zafiro azul con el que el príncipe Carlos le pidió matrimonio o los clásicos y atemporades collares de perlas con los que irradiaba la elegancia y sencillez que le caracterizaban. 

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Fue en 1987 cuando Diana de Gales escogió por primera vez este impresionante collar que le prestaron desde la ilustre casa de joyería Garrard, con quienes tenía muy buena relación y a los que eligió para su anillo de compromiso en 1981, para lucirlo en una gala benéfica en apoyo de Birthright, una organización sin ánimo de lucro que trabaja para la protección de los derechos humanos durante el embarazo y el parto.

Para aquel compromiso, que tuvo lugar en Londres, eligió un vestido de Catherine Walker en color púrpura apagado y negro que otorgaba todo el protagonismo a la joya que colgaba de su cuello y cuya cadena era tan larga que la cruz, del tamaño de la palma de una mano, le cubría buena parte del abdomen. Fue una de sus elecciones más atrevidas en las que se distanció de su habitual estilo romántico y sobrio.

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Se dice que desde que la princesa Diana luciera la suntuosa y colorida reliquia de estilo fleurée en la mencionada ocasión y en otras que tuvieron lugar en su intimidad nunca ha vuelto a ser vista en público hasta ahora que, tras haber estado en manos de la casa de subastas, la popular reina de reality shows le podrá dar una nueva vida. "Estamos encantados de que esta pieza haya encontrado una nueva oportunidad de vida en manos de otro nombre mundialmente famoso", ha expresado Kristian Spofforth, Jefe de Joyería de Sotheby's Londres.

El colgante, que fue elaborado por los joyeros de la corte Garrard en la década de 1920, está conformado a base de amatistas de talla cuadrada y diamantes de talla circular y su llamativa cruz tiene un peso de diamantes de aproximadamente 5,25 quilates y una dimensión aproximada de 136 x 95 mm.

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