Así es Olga Smirnova, la bailarina rusa que ha abandonado el Ballet Bolshoi debido a la guerra

De abuelo ucraniano y nacida en San Petersburgo se inició en la danza animada por su madre

Por hola.com

Más de veinte días después del inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania, el drama humanitario se hace cada vez más doloroso. Y a medida que caen las bombas y se suceden despedidas crece la ignominia, el descrédito y la indignación, llevando a muchos rostros populares rusos a mostrar su indignación ante este conflicto. Tras el rechazo público de la top Irina Shayk, la modelo Natalia Vodianova o la del director de la Orquesta Filarmónica de Múnich Valery Gergiev, ahora ha sido la bailarina rusa Olga Smirnova, una de las estrellas del Ballet Bolshoi de Moscú, quien ha anunciado su incorporación al Ballet Nacional Neerlandés tras declarar que estaba en “contra de esta guerra con cada fibra de su alma”. 

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Natural de San Petersburgo, Olga Smirnova, de 30 años, tiene un abuelo ucraniano y se ha descrito a sí misma como "una cuarta parte de ucraniana" por lo que este conflicto le ha tocado tan de cerca que no podía permanecer indiferente abandonando así el país que la vio nacer y crecer como la gran artista que es. "Nunca pensé que me avergonzaría de Rusia. Siempre me he sentido orgullosa de la gran cantidad de talento que tiene nuestro país y de nuestros logros culturales y atléticos” declaraba a través de Telegram. “Pero ahora siento que se ha trazado una línea que separa el antes y el después. Me duele que la gente se esté muriendo, que la gente esté perdiendo sus casas o se vean obligadas a abandonar sus hogares.” añadía. 

Smirnova, que debutará interpretando el papel principal del ballet ruso Raymonda en su estreno el 3 de abril, ha admitido que no imaginó que la confrontación acabaría así. “La guerra hace que parezca que vivimos en el siglo XX en lugar del siglo XXI, en nuestro mundo moderno e ilustrado esperaría que las sociedades avanzadas puedan resolver sus problemas políticos a través de negociaciones pacíficas”, ha deseado la bailarina rusa. 

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Alta, de ojos color ámbar, cabeza majestuosa, brazos expresivos y largas piernas onduladas, Olga no cuenta con  antecedentes en su familia dedicados a la danza o el ballet, sino que fue su madre quien le animó a formarse en esta disciplina artística. Se graduó en la Academia de Ballet Vaganova en 2011, y se unió al Ballet Bolshoi como solista ese mismo año. Tan solo un año después fue ascendida a primera solista y a primera bailarina en 2016.

Ha bailado en escenarios de todo el mundo en EE. UU., Reino Unido, Japón, República de Corea, China, Alemania, Italia, España, Suiza, Singapur, Bahrein y Noruega y ha tenido que hacer muchos sacrificios a lo largo de su vida para llegar donde está, como bailar desde que sale el sol hasta que se oculta y llevar una vida una vida en soledad, pero su sueño le ha merecido la pena. 

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En 2014, Olga sufrió una lesión en un pie que la mantuvo alejada del ballet durante un año, tiempo que utilizó para dedicarse a ella misma, madurar y practicar pilates, un deporte que le ayudó mucho en su recuperación. Y es que si hay algún rasgo que la caracteriza ese es su gran responsabilidad. Le gusta planificar con anticipación y establecer metas claras para sí misma, aunque con el tiempo también ha aprendido a disfrutar el momento y apreciar el hoy, para así poder acumular recuerdos que saborear en un futuro.

Para Smirnova, el Ballet Nacional Holandés "es un gran lugar" para continuar con su trabajo y ha asegurado haberse decantado por ete lugar y no otro  por el reconocimiento internacional de su ballet nacional, así como por el amplio repertorio, con obras tanto clásicas como contemporáneas.