Hace unos días se cumplieron 13 años desde que se emitió el último capítulo de Los Serrano y, para celebrarlo, en ¡HOLA! estamos entrevistando a algunos de sus protagonistas. Después de hablar con Fran Perea, hemos tenido el honor de charlar un rato con la gran Julia Gutiérrez Caba, que sigue recordando con mucho cariño aquella época. "No es una serie que se haya olvidado, como otras cosas que he hecho. Sigue teniendo mucho éxito y lo sé por el público, por cómo te lo cuentan en la calle. Es muy bonito que te paren para decírtelo y para contarte los recuerdos que tienen", nos ha contado la actriz madrileña, que es miembro de una de las sagas familiares más importantes de nuestro país. Además de sentirse muy afortunada de haber podido formar parte de un proyecto tan exitoso, sigue manteniendo relación con algunos de sus compañeros, como es el caso de Antonio Resines. Julia, que en Los Serrano daba vida a Carmen Casado (madre de Lucía, papel que interpretaba Belén Rueda), también ha aprovechado para dedicarle unas cariñosas palabras a la que era su nieta en la ficción, Natalia Sánchez, a la que define como "una niña bellísima y educada".
- Si te digo que se han cumplido 13 años desde que se emitió el último capítulo de Los Serrano, ¿qué es lo primero que te viene a la cabeza?
Un poco de nostalgia, pero también debo decir que me gusta mucho que todavía ahora es una serie que se está viendo en distintos canales. Hay un núcleo de gente joven que lo está viendo por primera vez, les gusta y lo manifiestan cuando te encuentras por la calle con ellos y te reconocen. Bueno, y gente mayor también que no la vio en su momento. Es una serie que sigue viendo el público y te agrada haber contribuido a una cosa como esa, que tuvo tanto éxito.
- ¿Qué recuerdas de aquella época?
Yo durante aquellos conocí a muchos compañeros con los que no había trabajado y los pude tratar durante mucho tiempo, como Antonio Resines, Belén Rueda, que es una chica maravillosa, Natalia Sánchez… Ahora todos los niños ya son mayores y a algunos les veo, sobre todo a Natalia, que ha seguido más con la profesión. Por ejemplo, conocí a Javier Gutiérrez, que es una figura importantísima dentro de nuestra profesión y que por primera vez hizo una colaboración con nosotros en Los Serrano. También Jesús Bonilla, Goizalde Núñez… Quiero decir, que me permitió poder conocer a gente de mi profesión con la que no había trabajado todavía.
- ¿Érais como una gran familia?
(Risas) Sí, un poco sí, claro. Al final terminaba siendo eso. Nos pasó de todo en esos años, nos rompimos muchas cosas: Antonio se rompió una pierna y tuvieron que operarle, yo me rompí un brazo… los niños se rompían todo, pero para ellos no era problema porque enseguida se reponían. Éramos muchos, también con el equipo técnico, los directores y directoras…
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- ¿Cómo recuerdas los rodajes?
Se ensayaba, como era lógico, te tenías que saber tus textos… y, bueno, luego las dificultades de trabajar con niños pequeños que van al colegio. Aunque ellos tenían mucho sentido de lo que estaban haciendo, pero claro, no podían perderse sus clases y tenían una profesora. Cuando tenían exámenes no podían trabajar y había que estar pendientes para tenerlo en cuenta para organizar los rodajes, ya que entonces lo hacían a otras horas o trabajábamos los mayores nada más.
- ¿Sigues teniendo relación con los que eran más pequeños?
Yo tengo buen recuerdo de esa época por todas esas razones que te comento, pero también porque, como ya han pasado muchos años y yo tengo muchos, pues lógicamente les he visto hacerse mayores. Por ejemplo Natalia, que ya es madre de dos niños, tenía 12 años cuando yo la conocí. Es una niña bellísima, educada… Todos se han colocado muy bien y siguen con su carrera o con la música, excepto al pequeño (Jorge Jurado), que le he perdido la pista. Era muy pequeño, creo que tenía como 8 años, pero tenía muy claro que no quería seguir con la profesión, y ha debido cumplirlo. Un día se lo tengo que preguntar a Antonio (Resines), que es con el que más contacto tengo, nos llamamos de vez en cuando, en Navidad…
- ¿Dirías que Los Serrano influyó en tu carrera profesional?
No, yo he hecho muchas cosas de peso. Los Serrano, al fin y al cabo, era una serie de entretenimiento que tenía ese objetivo de entretener, divertir… y fue muy bien acogida por la gente precisamente porque en esos momentos estaba muy en boga el hecho de que se casasen dos divorciados con hijos y tuvieran que integrarse unos con otros. Para mí era un papel grato, divertido… pero no fundamental dentro de mi carrera, igual por la popularidad que da la televisión. Lo que pasa es que yo antes de eso, cuando empezó la televisión, ya había hecho otros proyectos. Piensa que la primera vez que yo pisé la televisión para hacer un programa de Jaime de Armiñán fue en el año 1961. He hecho trabajos mucho más importantes, eran comedias más sólidas, más difíciles…
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- ¿Te dio pena cuando se terminó?
Fue una serie que duró tantos años que cuando terminó, lógicamente, lo sentimos. Cuando se trabaja con personas que ves a diario y se acaba, ya sabes que no vas a verles con la misma asiduidad y que cada uno va a seguir su camino... Conectas con ellos, pero ya no es lo mismo, y el abandono de eso siempre da pena, puesto que haces amistad, y llega un momento en el que hasta te cuentas tus cosas personales. Yo no lloré, pero claro que lo sentí, cómo no… Pero bueno, es como se desenvuelve nuestra vida.
- ¿Te gustaría hacer un reencuentro de la serie?
Sí, ¡lo que pasa es que ya estamos todos muy mayores! (risas) Pero claro que se podría hacer. Es verdad que cada uno está a sus cosas y estamos más dispersos. Ya ves Antonio, que no para de hacer cosas. Yo a veces enciendo la televisión y siempre aparece por algún sitio. La verdad es que no tengo noticias, pero hay cosas que a lo mejor no tienen segunda vuelta, ¿sabes? A veces no es conveniente…
- ¿Te gustó el capítulo final?
(Risas) ¡Lo que sé es que no le gustó a nadie! Hubo que terminarlo porque Belén ya se dedicó más al cine y era una pieza fundamental. Ya no podía compaginarlo y los guionistas tuvieron que hacer algunas modificaciones. Pero no había posibilidad de hacer otra cosa... ¿cómo lo justificabas para que fuera una cosa amable dentro de la historia? Porque la muerte de Belén no sentó nada bien, porque era un personaje muy amable, como es ella, y claro, se hizo como se pudo. Pero no es fácil, sobre todo en series como ésta que duró tanto.
