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José Ortega Cano ha vivido momentos de preocupación. Tras el susto vivido cuando su hijo Jose Fernando se bajaba del tren en el que viajaba junto a él de regreso a Madrid, al pensar que había sido por decisión propia, el diestro llegaba a Atocha más tranquilo y sabiendo que el joven regresaría a casa en unas horas.
Los hechos sucedieron el pasado 1 de septiembre. Una vez José Fernando había solicitado la ayuda de su familia. Su hermana Gloria Camila se personaba en Castilblanco, la localidad sevillana en la que residía actualmente, para reunirse con él. Desde allí la joven se puso en contacto con su padre que viajó de inmediato para recoger personalmente a su hijo y traerle de vuelta a casa.
Todo transcurría con normalidad. Padre e hijo se despidieron de Gloria Camila y cogieron un tren con dirección a Madrid. Sin embargo en la primera parada que realizaron, José Fernando decidió bajarse a fumar un cigarro y no escuchó la llamada de atención para que los pasajeros volvieran a sus respectivos vagones.
Por suerte para la familia, José Fernando no lo hizo para escapar y retomar sus malos hábitos. El joven esperó pacientemente la llegada del siguiente tren y regresó a Madrid para comenzar un nuevo tratamiento que le ayude a superar sus adicciones.
Con un claro gesto de preocupación que se asomaba a su rostro tras la última recaida de su hijo, Ortega Cano aparecía más tranquilo a la espera de reunirse con su hijo. A su llegada a la estación, el torero señalaba que "José Fernando está con la idea de mejorar. Ojalá sea la definitiva". José Fernando ha regresado a Madrid para estar más cerca de su familia y poder retomar su vida y estar bien. "Eso esperamos, que sea así y que se dé cuenta. Creo que el tiempo va poniendo las cosas en su sitio".
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