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Si hay algo que nos ha quedado claro del viaje del príncipe Harry y Meghan Markle por tierras germanas, esa es la inquebrantable unión que parece reinar en el matrimonio a lo largo de esta etapa plena y feliz para ambos. Su presencia en la última jornada de los Juegos Invictus volvía a poner de manifiesto que la pareja está más enamorada que nunca, como reflejaban a la perfección las imágenes que protagonizaban en la última jornada de este evento deportivo.
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El hijo menor del rey Carlos III acudía a la entrega de medallas con una gran sonrisa en el rostro, la misma que lucía su esposa cuando llegaban juntos en un pequeño vehículo al Merkur Spiel Arena de Düsseldorf para presidir el acto. Las miradas cómplices y de cariño entre ambos se producían desde el primer minuto, mientras se cogían de la mano cuando caminaban juntos rumbo al escenario principal donde se produciría la entrega de medallas a los vencedores.
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Su sintonía era tal que hasta parecían ir conjuntados en la vestimenta, donde el blanco y los colores claros predominaban en sus respectivas prendas. La manera en la actriz estadounidense fijaba sus ojos en su esposo lo decía todo, escenas muy románticas que no hacen sino echar por tierra los comentarios surgidos en los últimos tiempos sobre una supuesta crisis entre ellos. A día de hoy, por lo menos, su relación transmite ser idílica y más que sólida.
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Como viene demostrando durante la semana, el hermano menor de Guillermo de Inglaterra se siente pletórico en esta cita impulsada por él mismo y donde participan veteranos de guerra que sufren algún tipo de discapacidad. Competición que, por primera vez, acogía Alemania (del 9 al 16 de septiembre) y que ha gozado una vez más de un notable éxito de convocatoria.
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La alegría palpable de Harry se hace extensible a Meghan, que no se limita a ser una mera acompañante puesto que disfruta como la que más y tiene un papel activo en cada una de sus apariciones. Así lo hacía este sábado cuando abrazaba efusivamente a una de las campeonas que, además, era norteamericana como ella. Otro de los momentos más divertidos llegó durante el tiempo muerto. Mientras el hijo menor de Carlos III mantenía una distendida conversación con Johnny Mercer, Ministro de Veteranos, la que fuese protagonista de Suits se dedicó a animar al público aplaudiendo al ritmo de la popular canción ‘Macarena’ de Los del Río. El único 'pero' para el matrimonio es no poder estar ahí con sus hijos Archie (4 años) y Lilibet (casi 2), que se han quedado en su mansión de California.
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Durante su estancia el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, la pareja ha podido celebrar además el 39º cumpleaños del Príncipe rodeados de su equipo de confianza. Primero se dejaron ver en la fábrica de cerveza Schumacher, la más antigua de la ciudad, donde bebieron y degustaron platos típicos de su gastronomía. Al día siguiente, el homenajeado vio también emocionado y con sorpresa cómo el público de las gradas le cantaba el "Happy Birthday", al mismo tiempo que el alcalde Düsseldorf le regalaba una gran tarta.
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