Los príncipes de Gales, título que les corresponde tras la proclamación de Carlos III como rey, también tiene una ingente tarea tras la muerte de la reina Isabel. Guillermo, primogénito de Carlos y Lady Di, y Kate están llamados a ocupar en su momento el Trono de Inglaterra y lo harán con el reto de continuar adaptando una monarquía con bases tan tradicionales como la británica a los nuevos tiempos. Se han ganado ya el cariño de los británicos con su romántica historia de amor (se casaron el 29 de abril de 2011), con la naturalidad con la que se han adaptado a sus funciones, la fidelidad que han demostrado a la institución y sobre todo la cercanía con la que comparten su vida más familiar. Sus tres hijos George, de 10 años, Charlotte, de siete, y Louis, de cuatro, enamoran en cada una de sus apariciones con sus ocurrencias y travesuras, siempre bajo la atenta mirada de sus padres, que les guían y protegen. Como príncipes herederos tienen una función fundamental en el nuevo esbozo de la monarquía que escribe Carlos III, que cuenta con ellos como pieza imprescindible