Desde que renunciaron a sus obligaciones reales e iniciaron una nueva etapa lejos del Reino Unido, los duques de Sussex están totalmente adaptados a la nueva rutina que siguen en Montecito (California), aunque siempre optando por la discreción. El príncipe Harry forma parte de un equipo de polo y es frecuente ver a Meghan Markle animando, dan paseos por la playa, quedan con personas de su círculo, apoyan diferentes causas solidarias y ahora también se han sumado a una de las tradiciones más arraigadas: la celebración del 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos. El nieto de Isabel II, su esposa y su primogénito, Archie Harrison, fueron vistos en Wyoming junto a algunos amigos durante uno de los desfiles que se llevan a cabo por todo el país en esta fecha tan señalada.
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Ha sido una de las espectadoras quien ha explicado cómo fue el momento en el que descubrió la presencia de los duques de Sussex. "Es una historia graciosa, estamos en Jackson Hole -pueblo de Wyoming- en su desfile del 4 de julio. Un tipo grande y fuerte nos dijo dos veces que estaba guardando asientos para una familia", ha comenzado a relatar. "Pensé, bueno, debe ser la familia real (¡un pensamiento muy sarcástico!) ¡Un minuto después, Meghan Markle y el Príncipe Harry caminan con el pequeño Archie!", ha añadido. Tras tenerlos a solo unos metros ha indicado que la exactriz de Suits es "preciosa" mientras que el hijo y el nieto del heredero al trono británico son "muy guapos".
La mujer no dudó en inmortalizar esa casualidad con su teléfono. En las imágenes que ha compartido se puede ver a Meghan con vaqueros, camiseta blanca y un sombrero para resguardarse del sol que lucía sobre el cielo en este festivo día. Junto a ella estaba Archie Harrison comiéndose un chupa-chup y muy curioso con todo lo que sucedía alrededor. El pequeño, de tres años, vestía un conjunto azul compuesto por camisa de rayas de manga larga, pantalones y zapatillas de velcro. En la mano sujetaba un banderín de los Estados Unidos y lucía también una gorra roja, azul y blanca (los colores del país) que le conectaba directamente con su papá. Y es que Harry también llevaba este accesorio además de un polo y pantalones oscuros.
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"Estábamos justo al lado de ellos y sus amigos. Podría haberles susurrado al oído de lo cerca que estaban. Estuvimos tranquilos y no los molestamos, pero se notaba que no eran de Wyoming", ha señalado la persona que los vio disfrutar igual que el resto de ciudadanos norteamericanos. Cabe recordar que los Sussex mantienen una discreta vida en California, que está a más de 3.000 kilómetros de distancia de Wyoming, el estado en el que se encuentra el Parque Nacional Yellowstone, una de las zonas más visitadas. Este desfile ha sido una de las primeras veces que se han dejado ver en público en un plan familiar al que solo ha faltado Lilibet Diana, que cumplió su primer año en junio.
Su último encuentro con los Windsor
El plan de Meghan y Harry es uno de los primeros que hacen tras su visita el mes pasado a Londres. La pareja viajó a Reino Unido para formar parte de las históricas celebraciones del Jubileo de Platino de Isabel II. En la visita no solo festejaron los 70 años de la Reina en el trono sino que pudieron reunirse con los Windsor y presentarles a su pequeña Lilibet, a la que hasta el momento la Familia Real solo conocía mediante fotos o videollamadas. También el pequeño Archie pudo reencontrarse con su bisabuela, sus tíos y sus primos, a los que no veía personalmente desde hace más de dos años.
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