Acabado su periplo en Washington, tras varios días de intensos encuentros, visitas oficiales y algunas que despertaron los recuerdos de juventud del Rey, don Felipe y doña Letizia cogieron un avión con destino a Miami para completar la última etapa de su viaje. Su primera parada fue el Miami Dade College, el centro de educación superior más grande de Estados Unidos que cuenta con más de 165 mil estudiantes en sus siete campus (se creó con la idea de dar acceso a la educación a afroamericanos y exiliados cubanos por lo que se ha convertido con el tiempo en un ejemplo de integración).
El Rey recibió la Medalla Presidencial de la universidad y pronunció la conferencia inaugural del curso 2015-2016 titulada "El español de los Estados Unidos". Felipe VI pidió más esfuerzos para promover la enseñanza del español en Estados Unidos, así como su uso en investigación y tecnología, y apeló a la herencia cultural española de este país para contribuir juntos a la construcción de una comunidad internacional "más integrada y unida". "El español -o castellano, como gustan llamarla en algunas regiones de España y del conjunto de Iberoamérica-" es una lengua que podría utilizar "en más de 20 países sin que en ninguno de ellos resultara ajena", pero "no deja de ser fascinante que pueda sonar como propia en un país que de facto tiene el inglés como idioma nacional", reflexionó en sus primeras palabras en Florida.
En un largo discurso en español -salvo algunos párrafos en inglés-, el monarca valoró la importancia de esta lengua como "parte sustancial" del presente de Estados Unidos y "componente cardinal" de su futuro, por lo que defendió la existencia de "un español de los Estados Unidos", con su propio perfil social y lingüístico, frente a "las hablas hispánicas de otras latitudes.
Tras recibir la calurosa acogida de un millar de invitados -la mayoría estudiantes- en la inauguración del curso, los Reyes donaron a la universidad libros y grabados del pintor Amado González Hevia "Favila" sobre la vida de Pedro Menéndez de Avilés, el almirante asturiano que desembarcó en 1565 en estas costas y bautizó el lugar con el nombre del patrón de su localidad natal.
Esa misma noche les esperaba otra cita con la cultura, aunque en esta ocasión más tenía que ver con el ocio que con la educación. Y es que don Felipe y doña Letizia presidieron la inauguración de la quinta edición Festival de Cine Español en Miami, donde asistieron a la proyección de la película Cándida (2006), primera cinta del director Guillermo Fesser. La Reina volvió a sorprender y a acaparar todas las miradas.
A su llegada al teatro, don Felipe y doña Letizia, acompañados del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, entre otras autoridades, fueron recibidos con grandes aplausos y encendidos "Viva España". El alcalde de Miami, Tomas Regalado, tuvo también palabras de agradecimiento por su visita a la "ciudad mágica" y su apoyo a un "festival que celebra el idioma español". "Les damos la más calurosa bienvenida en nombre de la ciudad que los admira y quiere", dijo el regidor.
Un look sorprendente
Después de decantarse por un estilismo con 'sello Letizia', volvió a apostar por su diseñador de cabecera, Felipe Varela y sorprendió en Miami con una elección que no dejó indiferente a nadie. Flash, flash, flash... A su llegada, doña Letizia se convirtió en el centro de todas las miradas y causó verdadera sensación. La Reina lució un vestido años 20 en georgette de seda verde talco bordado en cristal y plata vieja, que combinó con un abrigo en seda lavada al tono, sandalias piel metal bronce y pochette bordada plata vieja. ¿El toque final? Un original peinado con ondas.
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La cita se convirtió además en un encuentro de la comunidad empresarial, social y cultural española en la ciudad, con la presencia de los artistas Marta Sánchez, Manuel Quijano o Nacho Cano, y Nicolás Vallejo-Nágera, entre otros. "Encontrarnos con los reyes en tierras lejanas es acercarte un poco a la patria", dijo a EFE la cantante, que reside en Miami desde hace año y medio. A ellos se sumó el actor Fernando Guillén Cuervo, que se encuentra en Florida disfrutando de unos días de vacaciones.
El último día de los Reyes en Estados Unidos transcurrirá en San Agustín, el asentamiento europeo en suelo norteamericano más antiguo, -después de San Juan, en la isla de Puerto Rico- que fue fundada por el almirante español Pedro Menéndez de Avilés en el siglo XVI. La influencia española se nota en sus calles y monumentos, uno de los cuales visitarán los Reyes. Se trata del Castillo de San Marcos, en el que serán recibidos por un grupo de voluntarios vestidos con trajes de época de la milicia de la Guarnición de San Agustín. Podrán ver además el galeón San Pelayo, réplica del galeón español diseñado por Pedro Menéndez de Avilés y a cuyo mando desembarcó en San Agustín.
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Harán una parada en el Lightner Museum, en el que donarán un cuadro del citado almirante realizado por el pintor Amado González Hévia Favila. Tras ver la Casa de Gobierno, visitarán la Basílica Catedral de San Agustín, donde habrá una breve oración de bendición. Asistirán luego al almuerzo ofrecido por la alcaldesa de San Agustín y el presidente del Flagler College, donde será la cita.
Para rematar la jornada, concederán una audiencia a Mark Fields, Presidente y Consejero Delegado de Ford, y le entregarán el premio Bernardo de Gálvez. Un encuentro con los estudiantes del Flagler College, con autoridades de la zona y la cena Inaugural del XX Foro España- Estados Unidos pondrán el punto y final a este primer viaje oficial de los Reyes tras el verano.
