VIH y embarazo©AdobeStock

Embarazo

‘Tengo VIH, ¿mi hijo nacerá sano?’

Es una de las preguntas que suelen hacerse las mujeres positivas que, por miedo, muchas veces no saben si deberían buscar una gestación

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) podría considerarse como una de las epidemias más graves del siglo XX en la gran mayoría de los países. En Europa, la prevalencia en adultos ronda el 0,3%, de los cuales, aproximadamente el 60% de ellos tienen entre 20 y 40 años (correspondiente a la edad reproductiva). Es una enfermedad causada por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), afectando tanto a hombres como a mujeres, y pudiéndose transmitir a través de varios canales:

En todas las ocasiones, sin embargo, pueden tomarse algunas medidas preventivas para intentar que esto no ocurra. Incluido en el tercer caso. Y es que esta es una de las preocupaciones que las mujeres que son positivas al virus se plantean. Los avances en el conocimiento y tratamiento del VIH permiten que las parejas afectadas puedan tener hijos sin riesgo de infección, pero ¿cómo lo conseguimos? Aunque la concepción natural es posible, nos explica el Dr. Juan Carlos García Lozano, responsable de la Unidad de Reproducción Asistida de Ginemed en Sevilla, “en muchos casos es necesario recurrir a tratamientos de reproducción asistida, bien para minimizar el riesgo de contagio o porque la pareja presenta problemas de fertilidad”.

Situación actual en España en cuanto a VIH

En España, se notificaron 3.264 nuevos casos de VIH en el año 2019, lo que supone un descenso del 17,6% frente a los años anteriores. En la actualidad, no se dispone de una vacuna para su lucha o prevención, pero sí de un tratamiento eficaz para controlar la replicación del virus y evitar la progresión de la enfermedad. Es lo que se conoce como tratamiento antirretroviral y, nos dice el doctor, “es fundamental en este caso para que las mujeres seropositivas puedan tener hijos con un riesgo mínimo de transmisión del virus a su hijo, por ejemplo”. De hecho, en España, la transmisión vertical -es decir, de madre a hijo- representa el 0,1% de los nuevos casos que se diagnostican.

Ahora bien, para llegar a estos datos, “es la medicina reproductiva la que ha jugado un papel muy importante, permitiendo el embarazo en parejas serodiscordantes (es decir, uno de ellos vive con VIH), evitando el citado riesgo de transmisión entre los miembros de la pareja y, por ende, a sus hijos”. De hecho, gracias a estos avances y a la perspectiva actual de la enfermedad, que se ha convertido en crónica, pero también controlable, cada vez son más las parejas que conviven con ella y deciden dar el paso hacia la maternidad. “El avance en el conocimiento y tratamiento del VIH ha hecho posible la concepción natural en las parejas en las que uno o los dos miembros son positivos para el VIH, sin riesgo de transmisión para ellos ni para el feto”, nos comenta el doctor.

¿Se puede buscar un embarazo de manera natural?

En principio, sí. Pero esto no asegura que no exista contagio, pues “para que esto sea posible, se necesita que la carga viral sea indetectable, al menos, durante seis meses y bajo un estricto seguimiento y control médico”, nos advierte el doctor. Por ello, hay muchos casos en los que se recomienda acudir a la medicina reproductiva:

  • Cuando la pareja rechaza mantener relaciones sexuales sin protección.
  • Cuando algún miembro de la pareja presenta algún problema de fertilidad
  • O cuando no cumplen los requisitos para la concepción natural que hemos visto.

Para estos casos, “las técnicas de reproducción asistida representan la mejor opción para conseguir el embarazo sin riesgo de contagio”. La propia Sociedad Española de Fertilidad (SEF) ha publicado las recomendaciones para la aplicación de técnicas de reproducción asistida en parejas VIH positivas. Entre ellas:

  • Todas las parejas, antes de la realización de un tratamiento de reproducción, deben realizarse una prueba de detección del VIH.
  • La principal medida de control de esta enfermedad, recalcan, “es la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento de la persona infectada”.

La medicina reproductiva en una pareja con VIH

Cuando el hombre es el seropositivo, nos explica el doctor, “es posible determinar la presencia de virus en muestras seminales y someterla a un proceso exhaustivo de varios lavados para eliminarla”. En esto consistiría el trabajo de la medicina reproductiva para un hombre. Sin embargo, en el caso de una mujer, “se puede realizar una inseminación artificial o un ciclo de fecundación in vitro (FIV)”. Esto es porque las mujeres con VIH, nos comenta, “tienen mayor riesgo de baja reserva ovárica, de obstrucción de las trompas y pueden presentar peores resultados en los ciclos de fecundación in vitro”. Por ello, debemos hablar de diferentes técnicas de reproducción asistida en función de la persona seropositiva.

Hombre con VIH y embarazo

Si el seropositivo es el hombre, es posible determinar cualitativa y cuantitativamente la presencia de virus en muestras seminales mediante el empleo de técnicas moleculares. Este tipo de técnicas nos informan de la presencia o no de este virus y de la posibilidad de contagio, tanto a la pareja como a su futuro hijo. Los pasos a seguir serían:

  1. Determinación previa de la carga viral en semen, la muestra es sometida a un proceso exhaustivo de varios lavados que elimina la presencia de virus.
  2. Esta muestra se fracciona en dos, una para analizar molecularmente la presencia de virus, mientras que la otra fracción se criopreserva para su posterior uso en el tratamiento de reproducción asistida.
  3. Si se comprueba que la muestra no presenta partículas de virus, se puede utilizar para conseguir una gestación en la mujer. En función del resultado del estudio de esterilidad, la muestra de semen así obtenida se puede utilizar para inseminación artificial o fecundación in vitro.

Mujer con VIH y embarazo

Cuando es la mujer la afectada por el virus, “se debe contraindicar el embarazo mientras la carga viral sea detectable”, nos comenta el doctor. A partir de aquí, las técnicas de reproducción se aplicarán en función del resultado del estudio de esterilidad, teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones para minimizar la posibilidad de contagio:

  • Se podría realizar una inseminación artificial o un ciclo de fecundación in vitro con el eyaculado de la pareja y, una vez embarazada, debe continuar con el tratamiento antirretroviral.
  • Cuando la carga viral es indetectable, el parto vaginal es posible según las indicaciones obstétricas. En caso de carga viral detectable se debe recomendar el parto por cesárea.
  • No está recomendada la lactancia.
  • Todo esto, apunta el doctor, “reduce a menos del 2% la posibilidad de transmisión del virus al recién nacido”.

Cuidados durante el embarazo con VIH

En el caso de que una de las dos parejas sea seropositiva, además de los cuidados básicos de cualquier embarazo (no fumar, no consumir alcohol o seguir una dieta equilibrada), es esencial:

  • Mantener relaciones sexuales con protección durante todo el embarazo, aunque la pareja sea también seropositiva.
  • Para garantizar la no transmisión del virus al bebé, la madre debe llevar una buena adherencia al tratamiento durante el embarazo.
  • Por otro lado, se deben realizar controles prenatales con un ginecólogo especialista y, al mismo tiempo, continuar con las visitas de seguimiento y control del VIH. “Todas las mujeres embarazadas seropositivas al VIH deben tomar medicamentos para controlar esta enfermedad durante el embarazo, por su propia salud, y para prevenir la transmisión del virus a su hijo”, concluye el doctor.