La comarca gerundense del Ampurdán ha acogido este sábado una boda de calado internacional. El filántropo norteamericano Kimbal Musk, hermano del multimillonario propietario de la marca de coches eléctricos de lujo Tesla, ha celebrado su fiesta en el yacimiento de Empúries, ubicado en el municipio de L’Escala. Una boda en la que se esperaba, según la prensa catalana, la presencia, entre otros, de Barack y Michelle Obama, que finalmente no han acudido. El matrimonio tiene previsto visitar la semana que viene España, según pudo confirmar ¡HOLA! en exclusiva. El hecho de que la pareja quisiera una boda con la máxima privacidad ha convertido a los alrededores de Sant Martí d’Empúries en un fortín, rodeado de vallas y de fuertes medidas de seguridad, que velarán para que los novios y sus amigos disfruten de la máxima intimidad.
Unos 300 invitados han acudido a este evento internacional al que sí ha asistido Salma Hayek. La esperada presencia de unos invitados de tanto nivel y el deseo de la pareja de evitar miradas extrañas les ha obligado a desplegar un dispositivo de seguridad sin precedentes. El millonario ha cerrado el pueblo y ha pagado 15.000 euros a cada restaurante para que no abriera sus puertas. Los accesos a la fiesta solo han sido posibles para los asistentes con grandes controles de seguridad.
En este enclave mágico, Kimbal Musk, hermano de la fortuna número 20 del mundo, según la revista Forbes, ha celebrado su amor con Christiana Wyly, una activista medioambiental hija de Sam Wyly, un rico empresario texano. Él tiene tres hijos de un matrimonio anterior y la elección del yacimineto ha hecho que los ojos del mundo se fijen en este pequeño lugar. No obstante, el blindaje de las calles ha molestado a algunos turistas y vecinos que se han mostrado descontentos con que el pueblo esté literalmente clausuardo y no puedan disfrutar de los restos arqueológicos. La Consellería de Cultura de la Generalitat ha recordado que las ruinas de Empúries pueden alquilarse para celebraciones. La importancia de estos restos reside en que es el único yacimiento arqueológico de España en el que conviven restos de una ciudad griega con otros de una romana.
