Hace apenas un par de semanas la actriz Sarah Jessica Parker, uno de los iconos de estilo neoyorkinos por excelencia, nos confirmó cual sería la tendencia estrella del otoño-invierno que viene. La que fuera Carrie Bradshaw reafirmaba mediante un impactante y estiloso look lo que anteriormente habían propuesto tanto hace años su personaje en la serie Sexo en Nueva York como recientemente otras celebrities como Gigi Hadid, Irina Shayk y Victoria Beckham, entre otras: la próxima temporada necesitas un conjunto de inspiración pijama. Otra de las que ha tomado buena nota de ello es Kendall Jenner, quien también se ha adelantado y ha lucido un dos piezas de este tipo en su última aparición pública en un acto benéfico, pero ella se ha diferenciado de las demás it girls gracias a un pequeño gesto que cambia por completo el estilismo.
La modelo de 22 años ha acudido junto a su madre Kris Jenner y sus hermanas Kim y Khloé Kardashian a una timba de póquer organizada por la institución sin ánimo de lucro dedicada a la investigación contra el cáncer y otras enfermedades crónicas City of Hope, con la que ya ha colaborado en otras ocasiones el televisivo clan Kardashian, que buscaba recaudar fondos para sus proyectos. Esta vez, la matriarca y tres de sus hijas han ejercido como anfitrionas, y cada una ha presidido una de las múltiples mesas de juego que se han montado, en las que también han apostado otras estrellas como las actrices January Jones y Jennifer Morrison, la cantante Meghan Trainor y el productor David Arquette.
Para la ocasión, Kendall ha apostado por la comentada tendencia pijamera mediante un conjunto de seda negra con estampado de grandes lunares blancos del diseñador austriaco Petar Petrov compuesto por la camisa modelo Eve, con cuello japonés y abertura en escote y mangas, y los pantalones Hester, unos palazzo de tiro muy alto y lazada en la cintura. Sin embargo, ella, al contrario que las otras celebrities que se han apuntado ya a esta tendencia, ha decidido meter la blusa por dentro de la cintura del pantalón para crear el efecto óptico de que lucía un mono en lugar de dos piezas separadas. Este pequeño gesto le da un aire totalmente diferente al estilismo, ya que aporta un aire más sofisticado sin alejarse demasiado de la inspiración lencera y alarga convenientemente la figura. La modelo le ha cedido todo el protagonismo al traje -que costaba 845 euros antes de que se agotara en rebajas- y ha sumado únicamente unas finas sandalias negras al look, que ha rematado con un moño alto deshecho para aumentar la estética asiática que ya de por sí evocaba.
El resto de la mediática familia también ha apostado todo al negro, pero con looks totalmente diferentes al de la modelo. Mientras que Kris ha optado por la simplicidad, Khloé y Kim -quien estrenaba corte de pelo- han querido potenciar de nuevo sus explosivas figuras y han destacado sus características curvas gracias a bodies de pronunciado escote, pantalones de charol y botas XXL que han hecho que nos olvidemos por unos instantes de que estamos a punto de comenzar el mes de agosto.
