Melania Trump, una sofisticada 'Reina de las Nieves' en la Casa Blanca

La primera dama volvió a acertar con un estilismo en colores claros, sus favoritos en las fiestas navideñas

Por Mara Mariño

Como es tradición desde hace 96 años, el presidente de Estados Unidos es quien recibe el honor de iluminar el National Christmas Tree. La ceremonia del encendido navideño es una costumbre anual que se realiza cerca de la Casa Blanca, más concretamente en el espacio que se encuentra frente a la fachada sur de la residencia presidencial. Para la emotiva ocasión, que además viene acompañada de actuaciones musicales en directo interpretando canciones típicas de la época navideña, Melania Trump fue la encargada de dar por inaugurada la Navidad en Estados Unidos.Y en cuestión de estilo, si la semana pasada optaba por ampliar su colección de abrigos estampados con las tendencias de la temporada, ayer hizo una excepción y apostó por su versión más minimalista.

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Esta vez un look monocolor sobrio en blanco y beis y un moño de inspiración en 1960 (peinado al que rara vez recurre desde que llegó a la Casa Blanca ya que casi siempre lleva el pelo suelto), fueron su mejor baza para su noche de miércoles. La primera dama lució un jersey de cuello cisne al que le añadió por encima un abrigo cruzado de cierre delantero con un cinturón, una prenda tipo bata de Max Mara en alpaca y lana con cuello sastre de línea recta (2.029 euros). Como complementos, que le pusieron el broche final a la mezcla, escogió guantes en color vainilla y botas altas por encima de la rodilla de tacón fino en tonos neutros.

Si algo ha demostrado Melania Trump es que no es una primera dama convencional en lo que a estilo se refiere. Al igual que el año pasado, la decoración navideña de la Casa Blanca ha contado con su refinado y original gusto. Este año ha incluido falsos árboles en rojo así como el color más cálido de la paleta para bolas de árboles de Navidad, lazos y otros adornos, consiguiendo un interiorismo navideño más tradicional. En 2017, en cambio, el blanco fue el único tono que escogió haciendo la ornamentación de la festividad más minimalista que nunca. La misma que siguió a la hora de vestirse, ya que en aquella ocasión eligió un vestido con manga acampanada y ceñido a la cintura y unos llamativos salones brillantes en color dorado.