De azul noche y de Chanel. Una apuesta ganadora para una velada mágica en la Gran Manzana. Julianne Moore ha vuelto a confiar en Karl Lagerfeld para la presentación de su último trabajo en Nueva York, Wunderstruck, donde comparte cartel con Michelle Williams.
Con un vestido de cóctel, en azul profundo casi negro, a la altura de la rodilla y una silueta ajustada que resaltaba la espléndida figura de la actriz, Julianne se ha convertido en el foco de todas las miradas. El diseño pertenece a la colección de Alta Costura Otoño 2017 de la Maison Chanel, tiene plumas en el bajo y los hombros y se encuentra temporalmente agotado.
Julianne está considerada una de las mujeres más bellas y elegantes del panorama internacional. En los últimos tiempos, la intérprete muestra cierta tendencia a decantarse por los estilismos sobrios, de colores neutros y preferentemente oscuros. Hace una semana deslumbró en Berlín con un vestido de encaje de corte lady de Dolce & Gabbana y durante la Semana de la Moda de París sorprendió con estilismos cargados de color o con aplicaciones de encaje que entremezclaban lo masculino con lo femenino.
Si hay algo que caracteriza a la actriz es que es una mujer muy versátil, capaz de adaptar cualquier tendencia a su propio estilo. Puede sorprender con un 'outfit glitter' un día y con un traje sastre de corte masculino al día siguiente. Versatilidad es, sin duda, el término que mejor la define.
Apenas puede entenderse a Julianne Moore desligada de la Alta Costura de Chanel. Sus looks se encuentran íntimamente unidos a la Maison y a los diseños del emperador de la pasarela. Durante el pasado Festival de Cannes, la actriz confió en el maestro Lagerfeld para pisar con sofisticación la alfombra roja de la Croissette. Moore escogió un precioso diseño de la colección de Alta Costura Primavera-Verano 2017 en color hueso, por debajo de la rodilla y con bordados en plumas. Un look de altura con el que dio en el 'blanco' y que ahora contrasta con el marino de su última elección. Dos versiones estilísticas para una misma película con las que Moore vuelve a demostrar su versatilidad sobre la alfombra roja y su eterna fidelidad al káiser.
